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Los colonos menonitas de Río Verde, La Yeya, Santa Clara y Manitoba, del departamento de San Pedro, siguen trabajando en cultivos agrícolas y en ganadería en medio del temor que infunden los miembros de la banda armada autodenominada Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y la falta de seguridad por parte del Gobierno, además siguen con la tarea de suplir la ausencia del Estado en la zona norte del país.
Los colonos son los responsables de abrir y mantener sus caminos, se encargan igualmente del mantenimiento de varios tramos de los caminos vecinales, construyen y reparan aulas en comunidades campesinas e indígenas, igualmente distribuyen materiales educativos a escuelas y víveres en la población indígena.
En la semana los colonos de La Yeya entregaron kits de víveres a la población originaria de Yvamindy; si bien la entrega fue realizada por los colonos, no quisieron brindar declaraciones a la prensa, mas uno de los menonitas pidió anonimato por el temor reinante y dijo: “siempre ayudamos a los vecinos, de acuerdo a nuestras posibilidades ayudamos siempre a la gente, solo queremos paz y trabajar en la zona”, dijo.
Al ser consultado si la entrega de víveres era exigencia del EPP, aseguró que no recibieron ninguna orden del grupo armado y que este tipo de ayuda brindan con regularidad a sus vecinos. Los colonos trabajan con la población de campesinos cooperando en la preparación de suelo, cultivo, cosecha y hasta la compra de sus productos ayudando a la mecanización de la agricultura.
El 21 de agosto la banda armada secuestró al menonita Franz Hiebert y el 1 de setiembre al colono Bernhard Blatz. El grupo terrorista no exigió dinero ni tampoco contactó con la familia de los secuestrados.
De esta manera subió a cinco el número de personas cautivas. Los otros plagiados son el colono Abrahán Fehr, el ganadero Félix Urbieta Ramírez y el suboficial de policía Edelio Morínigo.
El EPP impone varias exigencias a los colonos y productores en general. En una de estas órdenes obligaba al titular de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) filial San Pedro, Pedro Galli, a entregar animales a indígenas y retirar sus animales del inmueble de los nativos, lo que se llegó a cumplir.
En los escritos distribuidos a los colonos advertían igualmente que estaba prohibido el cultivo de maíz y soja transgénica y que se encontraban en “zona de guerrilla”. Por lo tanto, estaban obligados a cumplir las normas establecidas por ellos o de lo contrario deberían abandonar sus tierras.
Todo apunta a que el grupo armado va imponiendo a fuerza su agenda y cumpliendo con lo amenazado, sometiendo así a la población de la zona ante una desorientada fuerza de seguridad del país.