A casi un año de los sucesos que derivaron en la quema del Congreso y la muerte del joven liberal Rodrigo Quintana, en el marco de la lucha de un pueblo por evitar la enmienda constitucional, salió a luz una persona que hasta el momento había estado fuera de los micrófonos: la madre del suboficial de la Policía Gustavo Florentín, quien está sindicado de ser el supuesto autor de los disparos que acabaron con la vida del joven liberal.
Juliana Silva, madre de Gustavo, contó que altas autoridades le ofrecieron grandes sumas de dinero e incluso le prometieron que les darían una casa, todo a cambio de que el suboficial asuma el hecho de homicidio.
“Me dijeron que él (Florentín) iba a estar un tiempo nomas recluido. Lo torturaron diciéndole que tiene que haber un culpable, que me iba a tener bien a mí y a su hija bien, todo con tal de que se eche la culpa”, relató la madre.
Continuó relatando que su hijo le comentó de la oferta. “Yo lo acompañé, nos sentamos a una mesa, estaban Cristaldo, Abel Cañete, el ministro Lorenzo Lezcano vino después. Abel Cañete dijo que se iba a solucionar todo, que viviríamos bien. Yo no sabía en ese primer momento para qué le iban a dar el dinero. Después recién mi hijo me comentó y le dije ‘Nosotros somos pobres luego, y no voy a dejar que te entierren en vida’”, contó Juliana Silva.
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La mujer suplicó al presidente de la República y a las autoridades del Ministerio Público “tener piedad. Mi hijo no hizo esto, es inocente, por favor tengan piedad de mí, soy pobre, no tengo dónde recurrir, no voy a poder soportar esto”, finalizó la mujer.