De acuerdo con datos de la Dirección General de Protección Especializada (Diproe) de la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia (SNNA), actualmente existen 57 instituciones dentro del sistema de cuidado alternativo, pero solo 54 se encuentran activas.
Dentro del mismo sistema también está la otra forma de protección de niños y adolescentes, las “familias acogedoras”, que consisten en familias que se inscriben en para el cuidado alternativo de los menores, pero que no tiene la posibilidad de adoptar.
Los niños son destinados a las familias acogedoras cuando, son sacados judicialmente de su familia por maltrato físico o abuso sexual, o bien son abandonados y no se puede localizar a su familia ampliada (tíos, abuelos, primos), por lo que la guarda de estos es otorgada a una familia por un plazo de seis meses -según autoridades de la niñez- pero que en muchos casos llevan años.
Actualmente hay un total de 64 familias acogedoras que están activas en el sistema de cuidado alternativo. Estas tienen la guarda de 74 niños, niñas y adolescentes, expuso la abogada Dominique Mateus, directora de la Diproe.
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La Ley 6.08/18 que modifica varios artículos de la Ley 1.680/01 “Código de la Niñez y Adolescencia”, trae muchas nuevas disposiciones como que los juzgados de la Niñez y Adolescencia cuenten obligatoriamente con equipos “auxiliares de justicia”.
Según el artículo 94° -tras los cambios- ese grupo interdisciplinario deberá contar con profesionales médicos, pedagogos, psicólogos, sociólogos y trabajadores sociales. Los mismos tendrán la labor de asesorar al juez.
En el mismo artículo se establece que será la Corte Suprema de Justicia (CSJ) la que reglamentará, acordada mediante, los requisitos de idoneidad que deberán tener los integrantes del equipo asesor.
Al respecto Dominique Mateus resaltó que así “los procesos de búsqueda y localización de la familia ampliada y el trabajo de mantenimiento del vínculo familiar; y en su efecto la reinserción familiar o la pérdida de la patria potestad y la declaración de estado de adaptabilidad del niño se efectuarían en un lapso menor de tiempo, es decir, los procesos culminarían más rápido”.
En tal sentido, Mateus sostuvo que esto “fue un gran avance para los procesos en atención a que ambos trabajos, atendiendo a que la búsqueda y localización de la familia ampliada y el trabajo de mantenimiento del vínculo familiar, son la clave para que el proceso culmine en menos tiempo”.
