Monjas ermitañas rezan por la comunidad

SAN JUAN BAUTISTA. Mientras la sociedad lleva una vida agitada por los problemas cotidianos, las monjas ermitañas se dedican a la oración contemplativa. Viven en el monasterio y rezan por la comunidad.

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Las monjas ermitañas de la Santa Cruz se instalaron en noviembre del año pasado en San Juan Bautista. Llevan una vida monástica y de oración. La madre Ana María López explicó que las monjas ermitañas viven en el Monasterio que es su espacio sagrado.

La comunidad se encuentra en el kilómetro 197 de la ruta I "Mariscal López" en el distrito de San Juan Bautista. Allí oran las monjas Ana María, Carolina y Sabina. Las ermitañas vinieron hace tres años a Misiones. Se instalaron en el 2014, por primera vez en San Ignacio. Luego de dos años se trasladaron en San Juan Bautista.

Las hermanas viven alejadas de la ciudad, donde desarrollan su vida consagrada a Dios. “Somos mujeres consagradas. La palabra monja o monje significa, uno solo con Dios”, explicó la madre Ana María. “Somos mujeres de Dios, unificadas con Dios, y nuestra misión es; en primer lugar servir a Dios en la adoración, en la alabanza, en la intercesión por toda la humanidad”, señaló.

Añadió que las ermitañas al rezar presentan ante Dios a la humanidad, “y Dios a través nuestro también las necesidades de la humanidad”, dijo la madre Ana María.

Explicó que tienen una dimensión contemplativa, pero también una dimensión comunitaria lo que significa que viven en comunidad. “Nuestro lugar acá recibimos a la gente que quiera venir a conversar, a ser escuchada, a escuchar una palabra de Dios. No importa el credo ni el pensamiento, simplemente que tengan fe”, aclaró.

Las monjas por la mañana se dedican al trabajo manual y cotidiano y reciben a la gente. Las personas que quieren pedir ayuda espiritual pueden visitar el monasterio de lunes a viernes de 7:00 a 11:00. Por la tarde se dedican exclusivamente a la vida de oración, ya sea de alabanza, de liturgia o de soledad.

“Tenemos un modo de orar que es a través de la liturgia, que es el canto de los salmos, de la alabanza, y sobre todo la oración en silencio. Hay que aprender a estar en silencio delante de Dios” señaló la madre Ana María. Según la hermana, Dios que conoce los corazones, sabe de las necesidades de los hermanos. "Para eso estamos para orar y presentar a Dios las necesidades de la humanidad".

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