El agente policial Víctor Aníbal Guerrero Salazar, comisionado a la Aduana de Pedro Juan Caballero, señaló en su declaración que en la noche del 25 de diciembre a las 20:30 durante un recorrido el camión de carga estaba estacionado en el patio cerrado de la sede aduanera.
Agregó en su declaración que se retiró hasta una habitación para descansar y que a las 23:00 salió a realizar otro recorrido por el patio y se percató que el camión había desaparecido.
La fiscal manifestó que el conductor del camión de carga, un brasileño, cuya identidad no fue proporcionada a la prensa, solía dormir en la cabina del rodado porque manifestó que vivía a más de mil kilómetros de la frontera.
Sin embargo, el policía no pudo confirmar si el día en que desapareció el camión el conductor estaba en el interior del rodado.
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Llamativamente el agente policial no se percató ni del ruido del motor cuando el chofer arrancó el rodado, ni cuando cortaron la gruesa cadena que protegía la entrada al patio de la Aduana.
Según un funcionario de la Aduana local, que pidió el anonimato, todo fue “programado” para que los dueños del camión puedan recuperar su carga, y que corrió una fuerte suma de dinero para que eso sea posible.
Nuestro informante indicó que “es imposible, que un camión de ese porte, al ser arrancado, no sea escuchado. La misma fuente señala que dentro de la carga que serían juegos de baños y otras mercaderías, habría otro tipo de carga más valiosa, sin identificar que sería”.
Lo cierto es que hasta ahora nadie sabe del paradero del camión ni de su chofer.
