Ni con moto engancharon

La presencia del precandidato del movimiento Honor Colorado, Santiago Peña, al parecer no fue suficiente motivación para que la gente de Edelira, departamento de Itapúa, se convenciera de asistir al acto de proselitismo convocado para las 14:00 de este sábado en el Salón Híper Disco 92, con capacidad para 800 personas.

Pese a que prometieron sortear una motocicleta y poner 4.000 hamburguesas a disposición de los asistentes, a las 16:30 aún el público no respondía a las expectativas, dejando una cantidad considerable de sillas vacías, por lo que no se podía comenzar con la actividad.

Finalmente, dos horas y media después de lo pactado, el precandidato a presidente y sus demás acompañantes llegaron al lugar, dando inicio al acto.Por fin, después de tanto esperar, lograron llenar las sillas.

Antes del inicio del “gran encuentro”, ya se podía notar cierta desesperación en las expresiones de algunos, como el vocero de la Gobernación de Itapúa, Trífilo Gamarra, quien poco después de las 16:00, mientras repartía los números para el sorteo de la moto, expresó al público presente: “Demostremos a esa prensa maliciosa que no venimos por el sorteo de una moto”.

Y para muestra de dónde está el verdadero interés de los aspirantes a gobernar Itapúa, basta un botón: ninguno de los oradores, ni Juan Schmalko, candidato a gobernador, ni el postulante a vicepresidente, Luis Gneiting, hablaron sobre el grave problema de los edelirenses: los pésimos caminos del distrito. Ni siquiera brindaron promesas, informó el corresponsal de ABC Color, José Miguel González.

“Dádivas” son ilegales

En los afiches y en los anuncios de radio se anunciaba desde hace días el sorteo de una moto 0 km como gancho para atraer a correligionarios. También prometían comida y bebida para los participantes.

Este tipo de anuncios violarían el artículo 280 del Código Penal Paraguayo, que establece que “el que ofreciera, prometiera u otorgara una dádiva u otra ventaja a otro para que no votara o lo hiciera en un sentido determinado, será castigado con pena privativa de libertad de hasta cinco años o con multa”.

Originalmente estaba previsto que el encuentro se hiciera en la cancha de José Centurión, pero ante la duda acerca de la concurrencia decidieron trasladar el acto a un lugar cerrado; un salón con capacidad para unas 800 personas.