La misa crismal fue celebrada anoche en la Catedral de San Juan Bautista, Misiones. En la oportunidad el obispo de Misiones y Ñeembucú, monseñor Pedro Collar Noguera bendijo los óleos para la administración de los sacramentos, unción de los enfermos y el oleo que utilizan los catecúmenos. También consagró el crisma para la administración de los sacramentos del bautismo, orden sagrado y la confirmación.
Durante la eucaristía los sacerdotes renovaron sus compromisos sacerdotales. Monseñor Collar Noguera exhortó a los presbíteros a meditar sobre tres aspectos de la vida sacerdotal: la oración, el apostolado y la cercanía con los fieles.
Según el obispo, “el sacerdocio, es fruto de la oración de Jesús. No cabe duda de que la entera vida de Jesús se distinguió por una vida de oración, especialmente en los momentos claves de su ministerio”, señaló. Puntualizó que en la oración, Jesús vive un contacto ininterrumpido con el Padre para realizar hasta las últimas consecuencias el proyecto de amor por los hombres. "Cuando las decisiones resultan urgentes y complejas, su oración se hace más prolongada e intensa", dijo.
Es en este contexto que se da la elección de los que habrían de acompañarle, dijo el prelado. Agregó que la oración es un don, que pide, sin embargo, ser acogido; es obra de Dios, pero exige compromiso y continuidad de parte de los sacerdotes, sobre todo son importantes la continuidad y la constancia.
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“Precisamente la experiencia ejemplar de Jesús muestra que su oración, animada por la paternidad de Dios y por la comunión del Espíritu, se fue profundizando en un prolongado y fiel ejercicio, hasta el Huerto de los Olivos y la cruz”, resaltó el obispo.
Señaló que los sacerdotes están llamados a ser “testigos de oración, precisamente porque nuestro mundo está a menudo cerrado al horizonte divino y a la esperanza que lleva al encuentro con Dios”, expresó. A continuación dijo que el segundo aspecto es “la apostolicidad”.
“En San Lucas cap. 6…encontramos que Jesús, después de una prolongada oración, llamó a doce, y les dio el nombre de apóstoles. El tercer aspecto del sacerdocio es la cercanía, dijo el obispo Collar, al tiempo de señalar que el evangelista Lucas cuando relata la elección de los apóstoles dice que una vez que eligió a los doce, Jesús, bajó con sus discípulos y sus apóstoles y “se detuvo junto a la gente para saber sus dolencias, enfermedades y sufrimientos”.
“Para los sacerdotes este es el método que debemos emplear: bajar de la oración, convencidos de la elección, detenernos ante la realidad, conocerles y ofrecerles una respuesta. Nunca dejar ir a la gente con las manos vacías”, enfatizó Collar Noguera.
Añadió que muchas veces quizás “no podremos decir nada o hacer algo, sin embargo, bastará con solo escuchar. Si no seguimos este camino estaremos lejos de poder hacer vida lo que realmente el Señor quiere. Cercanía significa, escucha, respeto, atención, flexibilidad y audacia evangélica, misión permanente, dice el Papa Francisco".
Subrayó que se trata de "llevar el Evangelio a las personas a los más cercanos como a los desconocidos, teniendo la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino”