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El ciudadano belga, en contacto con ABC Cardinal, volvió a referirse a la manera en que el exlegislador y hoy candidato a senador por el Partido Ccolorado se vio involucrado con él: fue a través de la abogada Miriam Areco, quien lo nombró como “una persona de poder que lo podía ayudar”.
En ese momento, se encontraba recluido en el departamento Judiciales de la Policía Nacional. “Yo tengo apuntado en mis notas ese nombre, Óscar González, aunque en ese tiempo no sabía nada”.
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Tras salir libre, sostiene que investigó sobre este nombre y hubo personas que le dijeron que Óscar González Daher “quería apoderarse del avión” de su propiedad, que iba a utilizarse en el contrabando de oro.
Dijo que le comentaron que González Daher era de Luque, ciudad donde funciona el Silvio Pettirossi, “y que él tenía influencias sobre el aeropuerto”. Esto mencionó a los diplomáticos de la Embajada de Estados Unidos cuando le preguntaron si había alguna persona que quería hacerle algún daño por su avión.
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Respecto a su relación con los supuestos contrabandistas de oro, señaló que había firmado un contrato de alquiler con la empresa de José Salazar, el mexicano implicado en el caso. “En ningún momento el avión fue contratado para transportar una carga. Es un negocio totalmente normal; el contrato por el avión no menciona ninguna carga”.
“La aeronave es un aerotaxi. Yo llegué como un taxista nada más; no soy responsable de lo que mi cliente”, se defendió.