Otra Pascua dolorosa para doña Obdulia

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Otra festividad dolorosa para dos familias del norte del país, la del suboficial Edelio Morínigo y del colono menonita Abrahán Fehr Banman, ambos secuestrados por el grupo criminal EPP desde hace meses. Además, deben soportar también la burla.

“En cada fiesta, esperamos noticias”. Al otro lado del teléfono, doña Obdulia Florenciano aguanta como puede, intentando evitar que la voz se le quiebre. Son 632 días que lleva conviviendo cotidianamente con el dolor y la desesperación, sentimientos que parecen no están dispuestos a liberarla a ella y a su familia.

Se queda en silencio por un breve instante, toma una bocanada de aire y sigue. “Siento que en cualquier momento mi teléfono va a sonar para contarme que Edelio está volviendo, que fue liberado. Con mi familia esperamos hora tras hora recibir alguna noticia”, afirma.

La que termina este domingo es la segunda Semana Santa que la familia Morínigo Florenciano pasa sin uno de sus hijos, el suboficial Edelio Morínigo, quien fuera capturado el 5 de julio de 2014 por componentes del primer anillo del grupo criminal EPP.

Edelio y un grupo de amigos habían decidido internarse en un pequeño monte para cazar y pasar algunas horas. Al menos esa era la intención inicial aquel día desde el cual han pasado ya casi dos años.

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Mientras se encontraban en las espesuras de un monte de la estancia Macchi Cue de la localidad de Arroyo de Oro, distrito de Horqueta, Edelio y sus amigos se toparon con unos desconocidos fuertemente armados: eran los miembros del primer anillo del grupo criminal EPP, la banda que por aquel entonces mantenía en vilo a todo el país con el secuestro del adolescente Arlan Fick Bremm, el primero que perpetraban en cinco años.

Edelio y sus amigos fueron llevados a uno de los campamentos del grupo y, tras unas horas, decidieron liberar a todos, salvo al joven suboficial de Policía. Cuando dejaron ir a quienes acompañaban al efectivo policial, les dijeron que no debían contar nada y que él les alcanzaría en algunas horas más. Como pasó todo un día sin que volviera, decidieron dar aviso a las autoridades, que volvieron a esperar otro día antes de iniciar las incursiones.

Uno tras otro pasaron días festivos, Navidad, Año Nuevo, cumpleaños, días del padre y de la madre. Arlan Fick fue liberado, el grupo criminal siguió perpetrando atentados y volvió a secuestrar a otra persona, un colono menonita de nombre Abrahán Fehr Banman. Además de ser el secuestro más largo en la historia de Pararaguay, una triste marca que se rompe cada día; el de Edelio es el primer rapto de un efectivo de la Policía.

La última vez que la familia del suboficial supo algo de él fue en octubre de 2014, cuando el grupo criminal difundió un video como prueba de vida de él y del joven Arlan. En aquella oportunidad, los malvivientes plantearon una vez más el intercambio de Edelio por varios de los miembros de la banda condenados por crímenes que van desde la asociación criminal hasta el secuestro y el asesinato. Como si fuera una mercadería, la vida de Morínigo era utilizada como moneda de cambio.

Desde entonces, no volvieron a saber nada de él, salvo tras la liberación de Arlan, quien confirmaría que estuvieron juntos hasta unos días antes de volver con su familia. Si Edelio sigue con vida o si los criminales cumplieron con la promesa de matarlo si el gobierno no accedía a su chantaje, sigue siendo una duda sobre la cual se han entretejido un sinfín de versiones.

Mientras tanto, la familia del suboficial intenta aguantar como puede el doloroso paso del tiempo. A la congoja espiritual por la ausencia de uno de sus miembros, se le debe sumar también el maltrecho estado de salud no solo de doña Obdulia y don Apolonio, los padres de Edelio, sino también de sus hermanos, a los que la tristeza y el estrés les comienzan a pasar factura. Uno de ellos, el mayor, ahora ya sufre de problemas del corazón.

Como si la desesperación no fuera suficiente, deben aguantar además los falsos rumores, difundidos irresponsablemente, sobre una supuesta liberación de su hijo. “El Viernes Santo nos dijeron que se le había liberado, muchos periodistas me llamaron a preguntar y yo no sabía absolutamente nada”, cuenta la madre de Edelio.

La tristeza da lugar a una rabia que parece comprensible. “No podemos creer que se juegue con nuestro sentimientos de esa manera”, dice Florenciano. El rumor llegó a niveles tales que algunas personas publicaron en redes sociales fotos de una familia abrazada, diciendo que se trataba de Edelio reencontrándose con su padre, algo totalmente falso. Como consecuencia de la situación, la madre del suboficial tuvo que acudir al médico y conciliar el sueño se le volvió una cuestión casi imposible en los últimos días.

“La gente no respeta el sufrimiento ajeno, parece que algunos se burlan de nosotros. Por lo visto porque somos pobres se burlan de nosotros, pero frente a Dios no existe gente pobre ni rica. Yo le entrego todo a Dios y a la Virgen, espero que nadie pase por algo así, porque le puede pasar a cualquiera como consecuencia de la inseguridad que hay en nuestro país”, agrega.

Es la segunda Semana Santa sin Edelio y su cumpleaños también se acerca. “Cada día es más difícil, si nos vamos a entregar al problema, no hay manera de que podamos continuar. Como familia procuramos salir adelante, juntos”, indica.

Desde el gobierno también han olvidado casi por completo a esta humilde familia y los representantes estatales no dieron información alguna siquiera ante la difusión de los falsos rumores. De hecho, fueron los padres de Edelio los que tuvieron que llamar a los jefes de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), cuerpo especial conformado por militares y policías que debería dedicarse a luchar contra el grupo criminal EPP, para consultar si sabían algo de la cuestión.

A la familia no le queda otra más que esperar y, esperanzados por el hecho de que la liberación de Arlan Fick se diera en Navidad de 2014, acostumbran reunirse a pasar las fechas festivas. La intención no es expresada verbalmente, aunque para adentro todos parecen esperar el momento en el que suene el teléfono y la noticia del regreso de Edelio se dé a conocer. “Parece que esperamos demasiado”, reconoce doña Obdulia.

La esperanza es alimentada en días como éstos, pensando primordialmente en una liberación antes que intento de rescate alguno, sobre todo porque un operativo de las fuerzas del orden podría representar riesgos para la vida de Edelio, un temor que crece cada vez que la madre del suboficial recuerda la confesión que le hiciera un efectivo militar: “Es difícil recuperarle a Edelio con vida”.

“En cada fiesta esperamos, mis hijos y yo”, sentencia.

El Domingo de Pascua, el día en el que los cristianos recuerdan la resurrección de Jesucristo, el Mesías, el hijo de Dios, era un día en el que la esperanza tomaba nuevamente fuerzas para la familia de Edelio. Pero el dolor lacerante, más parecido al del Viernes Santo, continúa golpeando al corazón de una madre que ya sufrió bastante y que sigue mirando el camino de tierra que lleva a su casa cada tarde, esperando ver a su hijo caminando hacia ella.

juan.lezcano@abc.com.py - @juankilezcano