Reclusas duplican la capacidad del Buen Pastor

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La cifra de mujeres privadas de su libertad duplica la capacidad de las prisiones, con una tasa de ocupación de 198 %, por lo que se encuentran en condiciones de hacinamiento, informó hoy el estatal Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP).

El MNP presentó este miércoles los resultados del Censo de Mujeres Privadas de Libertad 2015, una encuesta realizada a un total de 785 mujeres, que representan el 96,5% del total de reclusas en el país.

El organismo recordó que, de las nueve penitenciarías que albergan mujeres en todo el país, solo dos son específicamente femeninas: la Casa del Buen Pastor, en Asunción, y el penal Juana María de Lara, de Ciudad del Este, la segunda urbe del país.

En el resto de casos, las mujeres ocupan pabellones separados de los varones en penitenciarías mixtas, y en algunas de ellas se ubican en las zonas que debían estar destinadas a las salas de internación del hospital penitenciario, y que hoy no existen.

El MNP verificó un aumento de la población penitenciaria femenina entre 2000 y 2010, cuando la cifra de mujeres privadas de su libertad se multiplicó por cuatro, mientras que entre 2010 y 2015, la tasa aumentó 175 %, y hoy las mujeres representan el 6,7 % del total de personas privadas de libertad.

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El ente alertó de que tres de cada cuatro mujeres privadas de su libertad, el 74%, no contaban con una condena en el momento de ser encuestadas, un hecho que demuestra “el preocupante abuso de la prisión preventiva como un instrumento de seguridad y de control interno”.

Este abuso de la prisión preventiva desprecia, según el MNP, “el derecho de las personas a ser juzgadas sin demora”, o puestas en libertad si no se produce el juicio.

Pero el 66 % de las mujeres privadas de libertad expresó que se había producido alguna suspensión de audiencia a lo largo de su proceso judicial, lo que produce, según el documento, “dilaciones indebidas” que generan “altas tasas de presos sin condena” y una prolongada duración de la prisión preventiva, con un promedio de 15 meses.

Además, el 86% de las mujeres internas en penitenciarías declaró que el juez que ordenó su prisión no dispuso medidas de abrigo o guarda para sus hijos, una situación que preocupa al MNP, dado que el 87,6% de las reclusas afirmó que es madre.

La mayor parte de las mujeres privadas de su libertad en Paraguay (58%) lo está por delitos relacionados con el microtráfico de drogas, o con la posesión de estupefacientes.

El MNP verificó que existe una “relación desproporcionada”, entre la cifra de internas procesadas por estos delitos, y la cifra de mujeres que fueron efectivamente condenadas por estos hechos.

En cuanto a las condiciones previas a su detención, un 44 % de las mujeres manifestó que había sufrido violencia en la pareja.

Además, una de cada cinco mujeres reclusas, el 20 % del total, dijo que había vivido en su niñez o adolescencia una situación de criadazgo, un sistema por el cual una familia cede a su hijo o hija a otra para que se dedique al trabajo doméstico, a cambio de educación y manutención, y que varias organizaciones consideran “una forma moderna de esclavitud”.

Con respecto a las condiciones de vida en la penitenciaría, un 20 % de las entrevistadas confesó haber sido víctima de torturas o malos tratos, y el 24 % recibió sanciones o castigos como la suspensión de visitas, el aislamiento, el trabajo forzoso o el traslado a otras penitenciarías.

El MNP manifestó su preocupación por la larga duración de los castigos de aislamiento, que en promedio se aplican durante 10 u 11 días, cerca del límite de 15 días considerado como “tortura” por la ONU, pese a que la ley paraguaya autoriza que este castigo pueda aplicarse durante un mes.

También criticó el traslado “arbitrario” de internas a otras penitenciarías como forma de castigo, debido a que perjudica al papel que cumplen las mujeres en el cuidado de sus hijos y la manutención de sus familias.

Paraguay es el décimo país del mundo con mayor proporción de presos sin condena, y el segundo a nivel suramericano, según datos de 2012 citados por el MNP.