“Gatillo fácil” condenado sigue en la Policía

Un agente policial condenado por lesión grave tras perseguir y disparar a un joven en Ciudad del Este sigue de servicio en Asunción, denunció el padre de la víctima, quien además habla de amenazas de muerte contra su familia por judicializar el caso.

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Alberto Medina Rodríguez, padre del joven Anderson Medina, denunció que el policía que persiguió y disparó a su hijo, afectándole la columna, el 1 de julio de 2012 en Ciudad del Este, se encuentra libre y prestando servicios en la comisaría 5ª Metropolitana, a pesar de que fue condenado a 5 años de cárcel en abril pasado.

“Vi en Canal 9 que él estaba haciendo un procedimiento, todo el mundo vio. No puede ser que un policía condenado está activo; él fue condenado en abril, acá tengo los documentos, 5 años le dieron (…) Nosotros pensábamos que él estaba suspendido, grande fue nuestra sorpresa el viernes”, dijo el hombre a los medios de prensa este lunes cuando se presentó en el Ministerio del Interior a pedir explicaciones al ministro Francisco de Vargas sobre cómo un agente condenado por lesión grave y que, según dijo, cuenta además con varias denuncias por episodios de violencia, siga activo.

Anunció además que presentará una denuncia contra el comandante de la Policía por permitir que el policía Narciso Cañete Cáceres siga de servicio. El comisario Carlos Escobar, de la comisaría 5ª, dijo a ABC Televisión que, según los datos que él maneja, Cañete Cáceres solamente cuenta con prohibición de salida del país, pero no con orden de reclusión y por eso está trabajando.

Escobar señaló que él está a cargo de la 5ª desde hace tres meses y que el agente Cañete Cáceres está allí desde hace año y medio. Refirió que la orden de prohibición de salida del país tiene firma de la jueza Haydée Barboza, quien fue una de las integrantes del Tribunal de Sentencia que condenó al policía.

El padre de la víctima comentó además que la judicialización del caso le ha valido numerosas amenazas de muerte a su hijo y a otros miembros de su familia. Según afirmó, le “enviaron” desde "motochorros" hasta sicarios a su local comercial -una bodega- que abrió hace dos años después de lo que le ocurrió, ya que, si bien el joven camina, perdió gran capacidad de movimiento.

Medina dijo que habló con todos y cada uno de los comisarios que pasaron por Ciudad del Este y que excepto dos -Miguel Caniza y César Lara- todos hicieron caso omiso a sus denuncias. Dijo inclusive que uno de esos jefes policiales le advirtió de que se cuide cuando lo trasladaron nuevamente a Asunción, pues ya no estaría para protegerlos.

El caso de Anderson es solo uno de al menos una docena sucedidos en los últimos años en Paraguay. Varios de estos no terminaron en procesos judiciales y los autores siguen libres.

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