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Indi Gallagher, con 29 semanas de embarazo, dijo que debido a la falta de funcionamiento del aparato de ecografía en el hospital tuvo que realizar un viaje hasta la ciudad de Concepción (distante a unos 600 km de esta comunidad chaqueña). Hacer ese viaje era la única manera de monitorear el crecimiento de su primer hijo.
Indi lamentó la situación. El viaje, entre pasajes y estadía, le costó G. 2 millones. Lo mismo le pasó a Celia Villamayor, quien ya se encuentra en su último mes de gestación. Otras madres embarazadas no pueden realizar un viaje así para acceder a una ecografía, debido a que no cuentan con los recursos necesarios.
El director del hospital, Dr. René Gallagher, afirmó que cuentan con dos aparatos ecógrafos, que son convencionales y no morfológicos -que permiten ver con mayor precisión la posición del feto y también ayudan a conocer el sexo de la criatura-.
"Con los ecógrafos que tenemos sí podemos ver el estado en que se encuentra la criatura; lamentablemente, poco se distingue para conocer el sexo", comentó. Las mujeres embarazadas piden un especialista en imagenología que pueda utilizar con mayor precisión los ecógrafos.