Preocupa ritmo de la deuda

Lo que preocupa de este Gobierno en torno a la deuda pública es lo rápido que va aumentando si no es acompañado por un crecimiento económico similar, pues el presidente Horacio Cartes no tendrá que pagar nada, pero sí nosotros, advierten.

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“Si la deuda crece al mismo ritmo o un poquitito arriba de lo que fuese la economía, no habría problema, pero si la torta de la economía está creciendo al 5% y la deuda crece al 30%, vamos a tener problemas de capacidad de pago en 10, 15 o 20 años si se sostiene ese ritmo”, advirtió el economista y exministro de Hacienda, César Barreto.

Es que durante este Gobierno, desde 2013 a esta parte, ha aumentado la deuda del país de 14,5 al 23,1% del producto interno bruto (PIB), algo que se traduce en una deuda de 6.294,3 millones de dólares hasta el año pasado, y esperan sumar más pese al rechazo del Congreso Nacional.

La excusa del Gobierno son las obras con las que supuestamente quieren lograr el desarrollo, pero las obras solas no garantizan que haya un crecimiento sostenible, advirtió Barreto en comunicación con ABC Cardinal.

“La deuda por sí misma no te va a llevar al desarrollo por más infraestructura que exista; incorpora otras muchas cosas más que tener rutas y puentes. Está bien, con más deudas, vamos a tener obras seguramente, pero si se está construyendo más deuda a un ritmo muy alto, puede que se invalide todo lo que hiciste en infraestructura en 10 o 15 años hacia adelante y no habrás logrado el desarrollo”, indicó.

El problema con la deuda pública es que si no existe crecimiento económico a la par, termina en crisis, y para tener un claro ejemplo solo hay asomarse y mirar a los vecinos. “Brasil y Argentina tienen un poco más infraestructura que nosotros, son países desarrollados, pero son países altamente endeudados, y hoy la deuda actúa como una mochila muy pesada para poder avanzar. Por eso el ritmo es importante, y hay que tener cuidado”, insistió el economista.

También consideró que, en su carácter exministro, en el lugar de Santiago Peña, habría evitado recurrir a la “certeza constitucional”, una medida poco clara en cuanto a legalidad, y habría buscado un acuerdo político con el Congreso.

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