La pronta captura de Ricardo Manuel Rodríguez Segovia (19), sospechoso de asaltar el bus, es para el empresario “un respaldo a la teoría que nosotros teníamos que representa un índice superior de seguridad para los pasajeros del transporte público que viajan en buses diferenciales".
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Ruiz Díaz dijo a ABC Color que esta afirmación está fundamentada en que desde el 2015 hasta enero de este año es la primera vez que se intenta un asalto dentro de un colectivo de servicio diferencial. “Y el resultado de eso es que en menos de 24 horas se lo pudo identificar, luego aprehender y ahora depende de la gran decisión de nuestra vulnerable Fiscalía, que (el culpable) reciba una sanción ejemplar”, indicó.
Además, afirma que tuvo un doble efecto, ya que el malviviente que tal vez haya analizado intentar lo mismo, ahora lo pensará dos veces, ya que las cámaras de seguridad lo registran todo.
“A pesar de que no es una exigencia para el sector empresarial, Cetrapam, en su visión de un aumento de la seguridad en transporte, ha decidido hacer inversiones y casi el 100% de nuestras unidades ya cuentan con cámaras”, resalta.
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También expuso que este episodio refuerza su teoría de negarle el acceso a los buses diferenciales a los vendedores ambulantes, ya que muchos inescrupulosos se hacen pasar por estos y cometen robos. “No decimos todos. No creemos en brujas, pero de que las hay, las hay”, expresó.
Pese a la insistencia de los vendedores, los propietarios de buses mantienen su postura de que las suyas son empresas de transporte de capital privado con efecto lucrativo y que las leyes son claras al respecto: el que sube debe abonar un pasaje.
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En redes sociales, muchos internautas criticaron la pasiva actuación del conductor de la Línea 23 durante el asalto del lunes. Al respecto, Ruiz Díaz, contradiciendo estos comentarios, expresó sus felicitaciones para el trabajador del volante. “El chofer es un ejemplo de la conducta equilibrada que debe tener una persona en un momento como ese”, indicó.
A su criterio, si realizaba una maniobra brusca para que el delincuente perdiera el equilibrio y así poder intervenir, esta acción podría haber causado que efectuase un disparo y cualquiera, incluso el conductor o hasta un peatón, resultase herido. “Ese era el momento de mayor mesura que debe tener el ser humano, de actuar en equilibrio y dejar el trabajo a las cámaras de seguridad”.
También habló sobre la supuesta complicidad del chofer con el delincuente, por su pasiva actuación, a lo que manifestó que sería una necedad estar involucrado, sabiendo que circula con cuatro cámaras que registran todos sus movimientos.