Luis Fleitas, director de la XVIII Región Sanitaria, dijo a ABC Cardinal que en su jurisdicción ya tienen registros del traslado de unas 1.500 personas de los bañados a refugios y que los problemas de salud se repiten.
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En menores, la constante son enfermedades respiratorias y en los mayores, lesiones por cortes con clavos y chapas mientras instalan sus casas provisorias. También casos de personas electrocutadas. El sábado falleció un poblador del Bañado Norte cuya casa ya fue alcanzada por el río. En 2017, cuatro personas murieron en similares circunstancias, ya que la energía no es cortada en las zonas bajas.
Además, la falta de baños y de agua potable aumentan el riesgo de enfermedades gastrointestinales, lo más preocupante para ellos. También son muy frecuentes los cuadros de leptospirosis, que genera fiebre y malestar general en niños que juegan en aguas contaminadas.
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La falta de baños provoca que muchos chicos y también adultos hagan sus necesidades en cualquier espacio y eso va contaminando el ambiente en que viven.
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Otro aspecto bastante preocupante en los refugios son los embarazos. Cada temporada de crecida, los casos se disparan. Atribuyen el hecho a las condiciones de hacinamiento en que se desenvuelven.