Cada año hay noticias de uso exagerado de pirotecnia. Ni siquiera las mascotas se salvan, ya que son los principales afectados por los estruendos. Las mascotas pueden ponerse nerviosas y temerosas, buscando lugares para esconderse. Las secuelas pueden durar días.
Con respecto a este tema, el Dr. Aurelio Fiori recomendó ubicar a la mascota en una habitación aireada y bien ventilada, en lo posible donde no se escuchen directamente los estruendos. Algunas razas, tras la explosión de bombas, huyen a las calles despavoridas y se pierden. Esto se debe a que poseen un temor innato por su alta sensibilidad ante estímulos sonoros intensos.
Fiori señaló también que las bombas suelen poner nervioso y hasta agresivo al animal, por eso no es recomendable irrumpir en la habitación donde se encuentra aislado. Así también, recomendó que en lo posible no se sede al animal, más aun si ya es muy adulto. Refiere que el uso de los algodones como tapones de oídos para los animalitos es una opción válida para protegerlos del ruido de petardos, pero sin olvidar retirarlos posteriormente, ya que en caso de olvido pueden generar graves infecciones.