De nueve policías que fueron captados en una foto alrededor de las 10:00 de este jueves en el Congreso, cinco estaban usando sus celulares. En ese momento, se iniciaba la sesión extraordinaria en la Cámara de Senadores.
La pregunta que surgió es de dónde son estos policías y por qué no estaban vigilantes. De acuerdo a datos de 2017, al Congreso están destinados unos 440 policías, incluyendo los efectivos que reciben los parlamentarios, una situación muy cuestionada en ese entonces. Pocos se encuentran efectivamente destinados a resguardar el perímetro del edificio.
El comisario Carlos Benítez, responsable de la seguridad del Congreso a través de la Agrupación de Seguridad, explicó en conversación con ABC Color que estos agentes estaban en el sitio de apresto y son de diferentes comisarías. Es decir, solo están en servicio si es que reciben una llamada de sus jefes para que intervengan.
En ese contexto, informó que se pidió que estos policías estén en la zona porque recibieron el dato de que podría haber manifestaciones frente al Congreso hoy. “Están en la zona a la espera de ser llamados”, precisó.
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La cantidad actual de agentes asignados al Congreso solo puede ser proporcionada por la Dirección de Prevención de Seguridad, informó Benítez, quien añadió que la cantidad de policías en la zona fluctúa de acuerdo a cada día y a los eventos que pueden desarrollarse allí.
Además, precisó que tanto en Senado como en Diputados existen los jefes de destacamentos. En la Cámara Alta está el comisario Robert Núñez y en la Cámara Baja, el responsable es el comisario David Gamarra.
Por último, sostuvo además que muchos policías pueden estar en esa posición porque fueron recientemente relevados y tienen el permiso para usar sus teléfonos móviles o alimentarse, por ejemplo.
La imagen de agentes de policía más atentos a su teléfono celular que a lo que sucede a su alrededor se repite a lo largo y ancho del país. Es como una figurita repetida que cualquiera puede ver, independientemente de la hora, el lugar o la Unidad a la que pertenezcan los agentes.
Así, esta misma siesta, dos agentes de la Policía Urbana asignados a cuidar la seguridad en la Plaza Uruguaya, pasaban los minutos atentísimos a la pantallita de sus teléfonos y sin percatarse de lo que ocurría en su entorno.
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