Paraguayo Cubas volvió a agitar la sesión ordinaria de Senadores, que aceptó tratar sobre tablas un proyecto de ley que presentó hoy y en donde se buscaba, esencialmente, limitar el salario de los funcionarios públicos elegidos en elecciones a no más de cinco salarios mínimos, unos G. 10.500.000.
Como era de esperarse, el proyecto se rechazó tras un debate que duró más de dos horas y en donde hubo múltiples cruces de palabras, con un Cubas que disparó contra varios de sus colegas con un lenguaje soez.
Los colegas de Cubas argumentaron desde la inconstitucionalidad de bajarse el sueldo a ellos mismos hasta la posibilidad de crear una comisión especial para estudiar una equiparación salarial.
El senador Víctor Ríos manifestó primeramente que el proyecto original presentado por Cubas no puede tratarse por tener varios puntos que son inconstitucionales. Aseguró que la consecuencia de este proyecto, de ser aprobado, será volver a lo que eran los Parlamentos antiguos, donde solamente los aristócratas podían ocupar cargos.
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“Porque si es así, solamente el que tiene una vida económica holgada o la élite económica va a tener la posibilidad de legislar, y nuestro modelo de democracia busca que los todos los sectores, de repente un obrero, un pequeño productor, un campesino, pueda ser parlamentario”, consideró. Ríos concluyó señalando que este proyecto, así como está, no podía ser tratado y menos aprobado.
El senador Dionisio Amarilla argumentó que a nivel personal y de la Comisión de Hacienda y Presupuesto estaba en contra del proyecto alegando que de la manera en que la plantea el senador Cubas era “inviable” técnica y políticamente.
Amarilla argumentó que se tendría que hacer una cuestión “integral”, afirmando que el Poder Ejecutivo representa el 92,88% de los gastos salariales y de beneficios en el Presupuesto Anual y el Congreso “apenas” el 0,67%.
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Además dijo que de reducirse los salarios y beneficios actuales de los legisladores, se correría el riesgo de quiebre de las cajas jubilatorias públicas, ya que los nuevos salarios no podrían cubrir las jubilaciones de los que ya están acogidos al régimen actual.
Le dijo a su colega Cubas que “los que estamos aquí también tenemos una pizca de estadistas”, afirmó Amarilla y como “estadista” le advirtió que “el proyecto no reúne los requerimiento básicos que nos puedan demostrar en el campo técnico y por ende políticamente ponemos en riesgo la sostenibilidad del sistema y no le resta otra a la comisión que fundamentar en contra del proyecto”.
Finalmente dijo que si se estudia una alternativa, se tendría que considerar hacer cumplir el Decreto 196 del Ejecutivo, que establece el “sistema de clasificación de cargos administrativos y se aprueba la tabla de categorías, denominación de cargos y remuneraciones para organismos de la Administración Central.
También se opusieron al proyecto el senador Carlos Filizzola, quien dijo que vive del salario que percibe como legislador. Se sumó a él Sergio Godoy, que dijo que el salario es una propiedad privada de cada trabajador y sugirió que cada senador done todo o parte de su salario en el caso de que así lo considere. Detalló que en su caso él renunció al seguro médico que tienen los legisladores.
Cubas respondió a Filizzola y dijo que nada de la Constitución se está violando. “Lastimosamente el colega Filizzola es médico y no abogado. Yo no puedo meter una sonda en el pene como él puede hacerlo, que no venga él a querer poner una sonda en mi Constitución”, expresó “Payo”.
“Tengo una gran preocupación por la cuestión salarial. Este tema se debatió mucho cuando yo estaba en la Presidencia (...) la primera inequidad comienza con la inequidad salarial. Eso ocurre aquí mismo (en el Congreso). Aquí hay gente que gana dos, cinco, diez, veinte, veintinueve millones... El tema de inequidad salarial no es solo en el Congreso. Sé que esto enerva a la ciudadanía”, manifestó Fernando Lugo, quien abogó por una “cirugía mayor” y por una “reingeniería salarial”. Al final, se opuso al proyecto de Cubas.
La senadora Desireé Masi (PDP) cuestionó que dentro del proyecto no estén, por ejemplo, los ministros de la Corte Suprema. “O entran todos o no entra nadie”, señaló la legisladora, quien también calificó de inconstitucional la medida. “A mí me desconcierta porque igualar a todos no corresponde. Me parece que si se va a hacer esto, el Parlamento va a ser oligárquico. Solo el que tiene plata va a estar. Los que venimos de afuera no aceptamos los fondos negros para nuestras campañas. Algunos pagamos las campañas con préstamos”, expresó. Otros que se opusieron fueron el senador Silvio Ovelar y Fidel Zavala, que expresaron en público sus discrepancias.
El senador liberal Víctor Ríos abogó por un tratamiento “con seriedad y con tiempo” de esta cuestión y propuso concretamente conformar una comisión para el estudio de los salarios en el Congreso. “No se puede aprobar el proyecto, pero comenzó la discusión. Propongo que inmediatamente se conforme una comisión en donde estemos todas las bancadas y que hagamos una cirugía mayor, pero que esta cirugía mayor tenga como consecuencia un Estado de derecho más consolidado y una sociedad más democrática”, refirió. La medida fue apoyada por Amado Florentín.
Cerca de las 14:45, ya cuando el debate se extendía por más de dos horas, Paraguayo Cubas volvió a tener la palabra y denostó contra varios de sus colegas. Sobre Fidel Zavala dijo, por ejemplo, que su “único mérito es que fue secuestrado”. “Después no sirve ni para apero de caballo”, remató. También se refirió a colegas suyos que supuestamente reciben “maletines” de dinero del extranjero y a un senador que pidió un salario para una de sus amantes.
Finalmente, y antes del rechazo del proyecto, la senadora de Patria Querida Georgia Arrúa calificó a Cubas como un “farsante, mentiroso y populista” y lamentó que creyó en él durante mucho tiempo (ambos combatieron al cartismo en Ciudad del Este). “El estar preso formaba parte del plan meticuloso para llegar adonde llegó. Él quiere ser dictador”, concluyó. Posterior a esto el debate concluyó y los legisladores rechazaron este proyecto.
