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La jefa de Oncohematologia del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, Jabibi Noguera, instó a la sociedad en general a unirse a apoyar a las estructuras hospitalarias ya existentes para luchar y vencer al cáncer. Señaló que la enfermedad no es sinónimo de muerte.
En un emotivo acto en que lanzaron globos al aire, participaron de cantos y bailes los jóvenes pacientes, además de adolescentes y niños ya curados.
La doctora Noguera detalló que el hospital tiene entre 90 y 100 nuevos pacientes cada año y que en total están en tratamiento actualmente más de 200. Indicó que la sobrevida es del 72 por ciento, y en el primer mundo el 86 por ciento.
Acotó que las técnicas en el primer mundo incluyen tratamientos como el trasplante de médula ósea, del que existen dos tipos: trasplantes autólogos (con células del propio paciente), y alogénicos (con células de otra persona).
Hasta ahora se realizaron en el Acosta Ñu sólo trasplantes del tipo autólogos, al igual que en el Hospital de Clínicas, porque los trasplantesdel tipo alogénicos son muy complejos y de alto costo.
El director del Hospital, Pío Alfieri, destacó que están trabajando para la implementación de una unidad de trasplantes de células madres hematopoyéticas para finales de este año, lo que permitirá realizar trasplantes de médula ósea alogénicos para que más niños le ganen al cáncer.
Esto se realizará mediante un compromiso asumido por el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, con organizaciones de Italia.
Uno de los jóvenes que participó de la jornada fue Fernando Daniel Tamay, que el 3 de junio va a cumplir 18 años.
Llegó acompañado de su madre, Margarita Barrios, quien recordó que su hijo cumplió tres años en tratamiento en el Hospital Acosta Ñu, donde le diagnosticaron neuroblastoma, un cáncer poco común del sistema nervioso.
Dijo que en el Instituto de Previsión Social no le descubrieron la enfermedad. Relató que entonces, en el 2004, la sala de Oncohematologia era apenas una sala de cuatro por cuatro, con escasos medicamentos proporcionados por el Ministerio de Salud.
Sin embargo, habían excelentes profesionales y se iniciaba la fundación Mitai que ayudaba con medicamentos y otros para el tratamiento.
"Le atendían a mi hijo las doctoras Jabibi Noguera, Norma Tande, Griselda Talavera, y también nos sostuvo la psicóloga Alba López; ellas eran nuestro apoyo en todo. La psicóloga nos ayudó a soportar el golpe, sobre todo a los padres, por el temor de perder a nuestro hijo”, acotó.
Por su parte, Fernando dijo que ya terminó el colegio y va a seguir la carrera de análisis de sistemas o de fisioterapia.