La comunidad monástica de la Diócesis de San Juan Bautista de las Misiones funciona en Santa María. La difusión del fragmento guarda relación con la conmemoración de la víspera del martirio del primer santo paraguayo, San Roque González de Santa Cruz, hoy 14 de noviembre.
La carta de San Roque González de Santa Cruz al entonces provincial de los jesuítas padre Diego de la Torres (s.j) es una compilación del libro: Para que los indios sean libres "Roque González de Santa Cruz, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo". Los compiladores de las cartas son: Fernándo Maria Moreno (s.j); Rafael Carbonell de Masy (s.j) y Tomas Rodríguez. Asunción- Montoya- colección Santos Mártires, 1994.
A continuación el fragmento de la carta escrita por el propio San Roque González de Santa Cruz y dirigida a su Superior Provincial, el P. Diego de Torres. El escrito está fechado en San Ignacio Guasu, el 8 de octubre de 1613. En el mismo se puede leer cómo vivía su vida y misión entre los guaraníes.
“En lo que toca a lo espiritual, por más ocupaciones que hemos tenido nunca hemos faltado a nuestros ejercicios espirituales y modo de proceder, y en lo que toca a lo espiritual de nuestros hijos, hemos ejercitado con ellos todas las obras de la caridad que podemos; porque sin falta entre estos pobres indios se ejercitan todas; y los que estuvieren entre ellos han de ser padres no sólo del alma sino también del cuerpo, no esperando por ello el retorno humano sino celestial y de gloria, que es lo que dura y venimos a buscar.
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Predícoles todos los domingos y fiestas, que ellos guardan, haciéndoles la doctrina primero antes de oír misa; enterramos y decimos misa por sus difuntos, visitamos y curamos los enfermos, [com]partimos con los necesitados de nuestra pobreza; enseñamos [a] los niños y niñas; y son los niños de escuela ciento cincuenta y otras niñas, si no son más; todos los cuales están todas las tardes en la iglesia, apartados los unos de los otros, dos horas rezando; y así saben muy bien las oraciones y catecismo, y muchos ayudan misa, y ahora con la venida de Vuestra Reverencia, comenzaremos a enseñarles a leer, escribir y contar. Mientras los niños están rezando estas dos horas, están juntamente los catecúmenos rezando con ellos; y después de idos los niños quedan los catecúmenos otra hora más a ser instruidos y catequizados para el bautismo.
Hay todavía en esta reducción muchos infieles, por no poder ser bautizados todos juntos, por ser necesario que anden a hacer sus rozas y comidas; y aunque cada mes bautizamos a todos los que están capaces, siempre hay que catequizar y bautizar en estos tres años. De estos, pues, se han bautizado este año ciento veintidós adultos bien instruidos, y ya algunos muy viejos”.
