Este dato fue dado a conocer por la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN). Esta institución asegura que la ayuda humanitaria continúa en Asunción, que es donde se registra dicho número. Así también hay otros siete departamentos declarados en situación de emergencia debido al desborde de ríos y otros cauces hídricos.
El río Paraguay viene registrando importantes crecidas desde el año pasado, cuando provocó el desplazamiento de unas 49.000 familias a nivel país y más de 16.000 en Asunción, tras alcanzar los 7,38 metros de altura el 10 de julio en el puerto de la capital.
Este año, el río ha tenido dos momentos bien marcados de crecida en el puerto asunceno; entre los meses de mayo y agosto (alcanzando los 6,15 m el 29 de julio, para luego iniciar un descenso de nivel), y desde la segunda quincena de noviembre hasta la fecha (alcanzando hoy el pico máximo registrado en el año, y el máximo registrado para el mes de diciembre desde 1904).
Esta segunda crecida -a diferencia de la primera del año, que se debió al período normal de crecida del río-, tuvo la influencia directa de la presencia del Fenómeno El Niño sobre nuestro país, que intensificó la periodicidad e intensidad de las precipitaciones, principalmente en el norte y centro de la Región Oriental, desbordando cauces hídricos que descargan sus aguas en el río Paraguay, explicó la SEN en un comunicado.
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El pronóstico referente a El Niño para los últimos días del año indica que se daría un aumento en la temperatura de la superficie del océano Pacífico, con posibilidad de que el fenómeno se convierta en uno de los cuatro episodios más fuertes desde 1950, siendo los últimos más fuertes los registrados en los años 1972-1973, 1982-1983, 1991-1992 y 1997-1998.
Bajo tales condiciones, se maneja una probabilidad de persistencia del fenómeno en territorio paraguayo hasta el primer semestre del año entrante, aunque las lluvias no serían de intensidad y frecuencia anormales, por lo que se espera un descenso del río hasta marzo de 2016, cuando volvería a elevar su nivel al entrar en el período normal de crecida.