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Cunas cuyo valor está estimado -por los materiales con los que fueron armadas- en unos G. 240.000 fueron entregados a familias de escasos recursos del programa Tekoporã en el departamento de Misiones, como un incentivo para madres a practicarse estudios de Papanicolau y mamografías, informó el coodinador de dicho programa de la Secretaría de Acción Social (SAS) en el mencionado departamento, Derlis Galeano.
Las “cunas”, que más bien parecen pequeños catres o canastos para la ropa sucia, fueron entregadas a 11 familias de 2.700 beneficiarias que existen en Misiones. Están hechas de madera con una tela sujeta en apariencias de forma insegura para los pequeños (aparentemente con una engrapadora) y tienen un colchón y un mosquitero.
Lo que la institución estatal no tuvo en cuenta es que existen estándares internacionales que las cunas deberían cumplir para ser seguras. Estos son monitorizados por la Comisión de la Seguridad del Producto para el Consumidor de los EE.UU (CPSC) y la organización ASTM Internacional. Las especificaciones están dirigidas a mantener las camas y cunas para bebés lo más seguras posible para prevenir lesiones y muertes de los niños.
Algunas normas son: que tenga una distancia correcta entre los barrotes; que no esté fabricada con materiales tóxicos; que la barrera se fije fuertemente cuando no tenga que moverse; que el ancho mínimo de la cuna sea 60 cm y que sea al menos 20 cm más larga que el niño. El colchón tiene que ser adecuado para la cuna que se tenga.
Cuando Galeano fue consultado por la calidad de las cunas entregadas, el mismo habló del costo de cada una y aseguró que es solo para bebés de hasta seis meses de edad. Dijo que si bien en apariencias no parecen muy seguras, garantizó que sí lo son.
El acto de entrega fue en el salón de eventos Cacique Arapysandu, de San Ignacio, Misiones, con la presencia de Ricardo York, director de promoción social de SAS.