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“Nosotros identificamos desde 2008 la falta de política de Estado en materia de seguridad, la falta de motivación de recursos humanos”, dijo a ABC Cardinal el exministro, pero expuso que estas políticas deben trascender los gobiernos de turno “y no utilizar la seguridad como una cuestión de agenda política, en el sentido de una descalificación política”.
Asegura que el histórico golpe contra Prosegur en CDE demuestra que si no se toman en serio las acciones como Estado, “seguramente va a ser uno de varios que pueden seguir ocurriendo”.
A su criterio, se trata de un problema regional y resaltó ejemplos como los de México, Colombia y países de Centroamérica, que son productores de tránsito y de consumo, como lo es ahora Paraguay. “Es un proceso que se va incrementando y en la medida que no encuentra resistencia del Estado cruza las fronteras”. En nuestro país, justamente el consumo de drogas es una de las explicaciones de la violencia urbana.
“Conozco las necesidades de la Policía y la necesidad de dignificar su carrera. La Policía a veces por omisión permite este tipo de acciones. Lógicamente, pueden surgir excusas como la falta de elementos suficientes, que fueron superados con armamentos, pero si vamos a hablar en serio de cómo confrontar al crimen organizado transnacional, antes que el equipamiento es necesaria la formación de personal comprometido con la causa”.
Piensa que la Policía cuenta actualmente con hombres capaces de repeler ataques como el que se registró en la víspera, asumiendo riesgos de posibles bajas en la misión, pero asegura que existe una “falta de liderazgo civil” dentro de las filas policiales.