Los precios del cocido y del agua “de oro” que el MEC estaba adquiriendo y que indignaron a la ciudadanía también hicieron que el presidente Horacio Cartes solicitara a la ministra de Educación, Marta Lafuente, que deje sin efecto la firma del contrato de provisión de productos de gastronomía para su servicio de ceremonial, entre los que estaban los señalados ítems.
El acuerdo establecía que los suministros eran para un periodo de dos años, para el proyecto PISA para el Desarrollo, de evaluación de los niveles educativos.
La compañía “Organización Integral SRL” (de Rugel Alberto Ferreira González) era la adjudicada para el servicio de provisión de comestibles al MEC. Iba a cobrar G. 80.000 por dos litros de cocido negro, mientras que el otro oferente, Bahía SA, presentó el mismo producto a G. 26.000. Cada botella de 500 ml de agua se ofertó a G. 10.000, cuando en un comercio normal se encuentra a G. 2.500.
