Sentencia los deja sin nada

VILLARRICA. Una pareja de ancianos corre riesgo de ser desalojada de la casa en donde vivieron 60 años porque el juez de Villarrica, César Báez, anuló una transferencia en escritura pública y priorizó una serie de contratos privados de dudosa legalidad.

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Ellos son Calim Mussi Resk, de 96 años, y su esposa Elba Nelli Ortigoza, de 84 años, más conocida en la comunidad guaireña como la profesora “Nenucha”.

Calim Mussi es primo hermano de Luis Alfonso Resk, el férreo defensor de los Derechos Humanos que falleció el pasado 10 de junio. Al igual que su primo, Calim fue docente de la Universidad Católica de Villarrica, donde enseñó durante más de media década Filosofía y las asignaturas de Humanidades.

“Nenucha” Ortigoza es una reconocida docente de piano y órgano y sigue al frente de un pequeño instituto musical privado que fundó hace 20 años atrás. Teniendo en cuenta sus aportes a la cultura, recientemente fue homenajeada por la Universidad Nacional de Villarrica del Espíritu Santo (Unves).

Ninguno pensó que a esta altura de sus vidas se encontrarían ante la posibilidad de que los desalojen del lugar en donde vivieron prácticamente toda su vida matrimonial. Calim cuenta que en la década del ‘50 compró con la ayuda de su hermano, Rubén Mussi, su casa ubicada en el centro de Villarrica. No tuvieron hijos y hace poco vendieron la propiedad a su nieto “del corazón”, José Enrique Pérez (32). En la escritura pública se aclaró que la pareja seguirá en posesión del inmueble mientras vivan, bajo la figura del “usufructo vitalicio”.

Sin embargo, una sentencia judicial dice que esta transferencia fue una simulación y los propietarios reales son dos sobrinos de la cuñada de Calim, la señora Fredesvinda Martínez. El fallo fue apelado por José Pérez.

Resulta que fue el hermano de Calim el que adquirió antaño la propiedad al contado, en tanto que el matrimonio le pagó en cuotas el valor del inmueble. Pero tras la muerte de Rubén y en medio de una problemática sucesión, la viuda Fredesvinda subrogó los derechos de la casa a favor de “Nenucha” Ortigoza para que ella la ponga a su nombre. Pero al parecer, la viuda y su abogado Miled Girala solo maniobraron para ocultar bienes de la sucesión y luego “recuperarlos” tras el juicio, incluyendo la vivienda de Calim y Nenucha.

Elba Nelli cuenta que durante esta sucesión firmó muchos papeles a los abogados y sospecha que en alguna oportunidad firmó un contrato privado de compraventa a favor de Ivon y Roberto Poisón Martínez, sobrinos de Fredesvinda. Con otro contrato privado éstos "trasfirieron" el inmueble a su tía y luego la viuda demandó a su concuñada argumentando que sus sobrinos compraron legalmente la propiedad con “contratos privados” y que la transferencia en escritura pública a favor de José Pérez fue una simulación.

Lo grave es que el juez César Báez le dio la razón al priorizar contratos privados para anular una escritura pública. En su sentencia argumentó que se probó la simulación porque la pareja sigue viviendo en la casa y continúa haciéndose cargo de los gastos de los servicios públicos. Pero el magistrado no tuvo en cuenta que en la escritura pública se asentó que el matrimonio tiene el usufructo vitalicio del inmueble, es decir, vivirán allí el resto sus vidas.

Por otro lado, la resolución del juez se basa en la doctrina internacional -especialmente en leyes y jurisprudencias de Argentina- dejando prácticamente a un lado la legislación nacional que rige la materia civil.

Teniendo en cuenta el actuar del juez, José Pérez lo denunció ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) por mal desempeño en sus funciones.

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