Tristeza y un nuevo llamado a la solidaridad

La muerte del pequeño Teo, quien falleció ayer aguardando por largo tiempo la donación de un corazón, deja una profunda tristeza pero un fuerte mensaje de necesidad de promover la donación de órganos, dijo la Dra. Nancy Garay, del Acosta Ñu.

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Garay, directora de Pediatría del Hospital Acosta Ñu, donde estaba internado Teófilo Villalba, víctima de una enfermedad congénita y que desde hacía tiempo estaba conectado a un equipo de circulación extracorpórea (Ecmo) a la espera de un corazón, relató la tristeza del plantel médico por su fallecimiento, principalmente porque con una mayor conciencia sobre la importancia de la donación, tal vez ésta y muchas más vidas se podrían haber salvado.

“Es un tema de educación y concienciación ciudadana, porque nadie quiere la muerte de nadie; estamos luchando por salvar la vida de un ser humano”, remarcó la doctora, que recordó además los últimos días de Teo, quien con sus escasos 10 años luchó hasta último momento.

“El principal problema -porque vamos a seguir lamentando la muerte de muchos inocentes- es educar; así como se hace con la prevención del embarazo juvenil en los colegios, como el tabaquismo, de la misma manera hay que hablar como en las otras sociedades”, afirmó la médica.

“La única salida a mediano y largo plazo a esta muy baja tasa de donación es la educación a nivel colegio, con el mismo programa que se les enseña la prevención de embarazo, campañas en contra del tabaquismo y alcoholismo, porque ese niño va a llevar la problemática a la casa, va a construir una idea en torno eso, porque los niños son nobles y conscientes de la importancia de la solidaridad”, consideró.

Recordó que una vez una madre les preguntó: "¿Y a mí, la vida de mi hijo quién me devuelve?", y les decimos: "Pero una partecita de tu hijo puede seguir con vida”. 

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