Trento pide combatir el “kupi’i” de la corrupción

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En ocasión de recibir un reconocimiento del Senado, el sacerdote católico Aldo Trento, presidente de la Fundación San Rafael, pidió a los senadores seguir luchando contra la corrupción, que es el “kupi’i” (termita) que destruye al pueblo.

El sacerdote católico Aldo Trento, que estableció hace 28 años la Fundación San Rafael, y que recibe a enfermos terminales y a la gente sin recursos, afirmó que la corrupción es un flagelo que daña a toda la sociedad, afirmó ser "el primer corrupto", dado que es "hijo de Adan y Eva".

Pidió asimismo a los senadores defender los valores “que están en la raíz de nuestro pueblo”. “Nunca se dejen guiar por la ideología, que siempre es falsa, porque es producto de la fantasía humana”, aseveró.

En cambió, exhortó a los legisladores dejarse guiar “por la realidad, por la conciencia de nuestro pueblo”, mayoritariamente católico. “Saben lo que me espanta, que la gente no crea más en Dios. La corrupción en Italia es peor que acá, ustedes ni pueden imaginar lo que ha hecho ese Berlusconi (Silvio, político italiano)”, afirmó.

Sobre el punto, manifestó que en el Paraguay existe una prensa que vive un “masoquismo terrible”, que ve solo lo negativo. “Yo veo solo lo positivo, porque si todos los hombres fueran perfectos, Dios no se hubiera hecho carne, se hubiera quedado arriba. Pero ¡menos mal que somos pecadores!”, expresó.

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Acotó que el problema no está en ser uno pecador, sino en reconocer que Jesús vino para salvarnos y que él puede cambiar el corazón del hombre, “porque si cambio yo, cambia todo”.

En otro momento, manifestó que si no existiera el paraíso, sería mejor que “todos nos suicidemos”. “Como decía Dostoyevski (Fiódor, escritor de la Rusia zarista), si Dios no existe, todo es lícito. Hay dos posturas en la vida: la religiosa y la anárquica. Yo por años me casé con la postura anárquica, pero me dí cuenta de que era absurda y, por ende, tuve que reconocer que Dios existe”, enfatizó.

Al referirse a la eutanasia, dijo que en su hospital ha visto a la gente sufriendo con cáncer, y que si Dios no existe, el aborto y la eutanasia serían la única respuesta. “Por eso la batalla hoy es por afirmar la existencia del Eterno, de Dios, porque cuando viene menos Dios, vienen menos los valores”, afirmó.

Recordó que, por esa razón, hace 28 años donó su vida “a este querido pueblo, y les garantizo que soy feliz, porque si en 1968 fui partidario de la extrema izquierda en Italia, de las Brigada Rojas, que mataron a Aldo Moro, aquel famoso estadista, perdí la cabeza, no por maldad, sino porque buscaba al infinito, y no me dí cuenta que era una falsedad, pero me encontré con Cristo, que cambió mi vida”.