Tres décadas endulzando la Expo

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Ignacio Benítez trabaja desde hace al menos 30 años elaborando dos de las golosinas artesanales más tradicionales e irresistibles de la Expo: manzanas con caramelo y pororó de colores.

Las tentadoras manzanas están bañadas con una deliciosa capa de azúcar que refuerza su apetitoso sabor. Vivos rojos, vibrantes amarillos, verdes intensos tiñen el ‘snack’ de maíz inflado… Nadie que haya venido a la Expo alguna vez puede afirmar que no se sitió tentado a probarlos.

Estos dulces son tan tradicionales como la misma Expoferia de Mariano Roque Alonso, como así también ya es una tradición familiar que don Ignacio y su familia estén presentes cada año, desde hace al menos tres décadas.

“Las manzanas acarameladas las vendemos desde hace al menos 10 años, pero el pororó como hace 30”, nos cuenta don Ignacio, mientras sumerge las frutas en el brebaje de azúcar y vinagre de azúcar para luego envolverlas y dejarlos listas para la venta.

La temporada de frío es la que mejor trata al artesano de dulces, que suele vender al por menor unos 15 kilos de manzanas a diario, pero el atípico invierno paraguayo con temperaturas veraniegas le juega en contra, ya que la venta puede caer a apenas 5 kilos.

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De todas formas, no se pierden una sola edición desde hace 30 años, ya que es el principal proveedor de manzanas caramelizadas. En los 15 días que dura la Expo puede vender unas 50 cajas –de 25 frutas cada una– que terminan ocupando los rincones del predio de exposiciones de la ARP.

Aún queda una semana para deleitarse con el postre a base de fruta y disfrutar de las atracciones y los shows que se llevarán a cabo en la Expo 2018.