Los enfermos y sus familiares que acuden al Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) se quejan de la falta de espacio, además de manifestar su temor por estar expuestos a infecciones, atendiendo a que se mezclan los enfermos de diversas dolencias, incluso los que sufren de males respiratorios, que van en aumento.
“Hasta los pasillos de Urgencias son usados para ubicar a los internados, pese a que las recomendaciones de bioseguridad piden evitar el hacinamiento de personas”, lamentó Aida Villalba, que tuvo a su padre durante tres días en una camilla por falta de cama para su internación.
Otro asegurado que prefirió no dar nombre dijo que estos últimos cinco años fueron los peores en materia de atención y provisión de medicamentos para los asegurados del IPS. Se quejó de la cantidad de insumos, incluso básicos, de los que carece la previsional y que se ven obligados a comprar por sus medios a pesar de ser asegurados. Y hay quienes recurren a la solidaridad de la gente haciendo rifas o vendiendo todo lo que poseen de valor para la compra de los medicamentos.
Una señora con enfermedad renal crónica y cardíaca estuvo en Urgencias esperando todo un día para hacerse una sesión de diálisis. Sus familiares lamentaron que la afectada de por sí esté con muy bajas defensas e igual padeció largas horas en camilla en los pasillos hasta ser atendida.
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Otra asegurada prefirió ponderar el servicio a pesar de la precariedad y la incomodidad porque el beneficio que recibe es enorme, dijo: “Gracias al seguro del IPS sigo con vida. Ya hubiera gastado cerca de G. 60 millones. En un servicio privado, el costo se triplicaría y no tendría acceso porque soy de bajos recursos económicos”.
Según el gerente de Logística de la previsional, Armando Rodríguez, la partida adjudicada de medicamentos e insumos ya la recibieron y fue distribuida en su totalidad, por lo tanto estos están disponibles en la farmacia de la previsional.
En reiteradas ocasiones, la Dra. Norma Colmán, de la Asociación Médica del IPS, denunció que los insumos y medicamentos se compran de a poquito y cuando terminan se quedan sin nada, durante meses, por lo que los asegurados no tienen otra salida que ingeniarse para comprarlos o dejar morir a sus enfermos.
Colmán lamentó que no se proceda a una descentralización de los diferentes servicios del IPS, a fin de que los hospitales sean equipados y que cuenten con personal médico y de enfermería para atender a los pacientes del interior del país, que cada vez más llegan hasta la Central del IPS porque no tienen respuesta en sus diferentes localidades.
“Hay hospitales que se terminan pero no se equipan y por lo tanto no pueden funcionar, como el de Ciudad de Este y otros. Hacen falta médicos y enfermeras”, denunció la Dra. Colmán.