Venta de pesebres marca inicio de la Navidad

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La venta de los pesebres de cerámica en la localidad de Areguá, a 28 kilómetros de Asunción, marca el comienzo de la Navidad, cuando la tradición demanda que se adornen las viviendas con esas composiciones.

Miles de esas figuras, entre Reyes Magos, pastorcillos o Vírgenes María de todos los colores y tamaños se arremolinan estos días en los tenderetes y veredas del Mercado 4 de Asunción, el más grande del país.

Algunos de los vendedores son los propios creadores de los pesebres, como Justa Pastora Torres, natural de Areguá y con más de 30 años elaborando y pintando unas creaciones que llenan de fama esa ciudad.

El pesebre paraguayo, según dijo Torres a Efe, es una tradición que se inicia a partir del día 8 de diciembre, cuando los paraguayos participan en la romería católica más grande del país sudamericano, en honor de la Virgen de Caacupé, a unos 50 kilómetros de Asunción.

A partir de ese día es cuando las familias acostumbran a comprar el belén completo, que incluye la vaca y el burro que dan calor al Niño Jesús, el gallo que canta para despertarlo o María y José atendiendo al infante bajo la mirada del ángel. Y, por supuesto, los tres Reyes Magos con sus respectivos camellos, además del icónico pastor con sus ovejas.

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En Paraguay, la tradición dicta que junto al pesebre se coloquen frutas como sandías, melones o uvas en ofrenda al Niño Jesús como alimento tras su nacimiento. Según Torres, se trata de costumbres que se están perdiendo en Paraguay con el paso de los años, aunque ella no desiste y cada Navidad carga sus pesebres en Aregúa para trasladarlos a Asunción.

Ese decaimiento se refleja también en las ventas, dijo Torres, quien explicó que la economía obliga y los pesebre mas pequeños son los preferidos de los clientes. “Está bajando un poquito (la venta) porque se da de la economía que tenemos o la tradición se está bajando (...) Algunos quieren grandes pero no pueden, entonces los chiquitos llevan”, dijo Torres mientras pintaba un rey mago.

El conjunto de figuras y la estructura del pesebre de Areguá cuesta unos G. 30.000 (unos cinco dólares) en el Mercado 4, lo que para Torres es un precio más que asequible. Además, ella consideró necesaria la presencia en los hogares de esos pesebres en un país de mayoría católica. “La fe es importante, es lo que más lleva a la gente”, dijo la vendedora.