Pettit, excomandante de la policía capitalina, fue ajusticiado de un tiro en el asalto de una unidad de la Marina a su comisaría durante el golpe de Estado por el que Stroessner derrocó al entonces mandatario, Federico Chaves, una acción que le convirtió en el poder en la sombra y que llevaría al inicio de la dictadura en agosto de 1954.
El activista de derechos humanos Martín Almada, torturado por la dictadura, ofreció una charla en homenaje a Pettit ante una veintena de alumnos del colegio que lleva su nombre, frente a la puerta de la que fuera su casa en Asunción y donde fue velado cuando fue asesinado.
Pettit, entonces presidente del Instituto de Reforma Agraria (IRA) y promotor de la misma desde las filas del tradicional Partido Colorado, fue hoy recordado por Almada como “líder de la Juventud Colorada, autor de propuestas democráticas del Partido Colorado, avaladas por su compromiso personal hacia los campesinos y los jóvenes”.
“El único jefe de Policía que fue llorado por la ciudadanía toda, incluso por quienes lo mataron”, asegura el periodista paraguayo Bernardo Neri Farina en el prólogo del libro “El joven luchador por la reforma agraria”, escrito por José Gabriel Arce Farina y dedicado a la figura de Petit.
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La dictadura como tal no se puso en marcha hasta casi cuatro meses después del 4 de mayo, la fecha del golpe, cuando Stroessner, a su vez jefe de las Fuerzas Armadas, asumió la Presidencia tras ganar las elecciones de julio, a las que acudió como único candidato.
Stroessner mantuvo un régimen militar personalista que se prolongó hasta 1989, en el que se registró un total de 425 desaparecidos o ejecutados por las fuerzas de seguridad, además de unos 20.000 detenidos, la mayoría víctimas de torturas y abusos, según informó en 2008 la Comisión de Verdad y Justicia (CJV) .
Autoridades del actual Gobierno del presidente, Horacio Cartes, del Partido Colorado, realizaron también su homenaje a la figura de Pettit el pasado sábado, descubriendo una placa en la Comisaría Tercera Metropolitana, “la Tercera”, lugar recordado como una de las sedes de los vejámenes y torturas de la represión de Stroessner.
