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En la mañana del martes, las viviendas de varios pobladores de Toro Pampa amanecieron rodeadas por las aguas tras el desborde de los riachos de los alrededores.
Inicialmente, fueron solo 20 casas, cifra que aumentó considerablemente en la mañana de ayer, miércoles, llegando ya la inundación a afectar a unas 35 viviendas.
Buscando que las aguas puedan circular con rapidez, voluntarios de la comunidad se lanzaron a los cauces de agua y comenzaron a limpiar a propia fuerza de voluntad.
Ante el pedido realizado por los pobladores, ayer también aparecieron algunas máquinas del Comando de Ingeniería, cuya base se encuentra a unos 2 kilómetros y, como no pueden reiniciar los trabajos de reparación del camino por las continuas lluvias, se sumaron a la tarea de ayudar a estas personas.
Domingo Gavilán, presidente de la junta vecinal, dijo que los camiones comenzaron a acercar arena hasta la cercanía de los hogares y desde allí las personas acarrean hasta sus hogares formando muros de defensa improvisados, a fin de evitar que las aguas ingresen en sus habitaciones, al menos de aquellas viviendas que aún se salvaron de las inundaciones.
Los habitantes de esta comunidad, donde viven unas 300 familias, siguen aguardando la ayuda por parte de la SEN, atendiendo a la emergencia departamental que se vive desde hace varias semanas en la zona por la situación vial.
Gavilán dijo que lo que más se necesita es el envío de kits de alimentos, atendiendo a que la situación de caminos y viviendas inundadas hace que las personas no consigan trabajo en los establecimientos ganaderos donde solían trabajar debido a la gran cantidad de agua acumulada.
Tanto el municipio como la gobernación habían declarado emergencia en la zona; sin embargo, hasta la fecha los pobladores no reciben la ayuda.
La SEN priorizó la ayuda mediante víveres a unas 3.000 familias de los distritos de Casado y Carmelo Peralta.