El derribo del as de la aviación boliviana

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Quizás la mayor victoria aérea de la Aviación Militar Paraguaya tuvo lugar el 12 de Agosto de 1934. Habían transcurrido ya dos años de guerra contra el invasor boliviano.

Las exitosas campañas emprendidas por el Ejército Paraguayo habían hecho retroceder al enemigo centenares de kilómetros. En Agosto de 1934, el Comandante en Jefe del Ejército Paraguayo, el Gral. José Félix Estigarribia, había mandado llamar al Capitán P.A.M. Leandro Aponte, entonces todavía Comandante de la Aviación en Campaña para informarle que un nuevo Cuerpo de Ejército Boliviano al mando del General Lanza se estaba formando en la zona de Ingavi, al norte del Chaco, con la misión de accionar sobre la retaguardia paraguaya en la zona del Km.160 del ferrocarril de Pto. Casado, principal vía de abastecimiento de nuestro Ejército.

Como en esa zona existía solamente una picada (camino angosto abierto a través del monte), era imposible que todo un cuerpo de ejército se mueva a través de ella, por lo que estarían abriendo un nuevo camino.

En vista a esto, el Gral. Estigarribia encargó al Capitán Aponte que nuestra aviación vigile atentamente la zona comprendida entre Ingavi, Sucre, Madrejón y Florida, comunicando urgentemente cualquier novedad al Comando. La principal base aérea se había trasladado de Isla Poí hasta López de Filippis (Ex-Camacho de los bolivianos), donde estaban estacionados los Potez 25 de la Primera y Segunda Escuadrilla de Reconocimiento y Bombardeo, y los Fiat C.R.20 bis de la Undécima Escuadrilla de Caza.

Se encargó la misión al Capitán P.A.M. Carmelo Peralta y al Tte. 1° Obs. Rogelio Etcheverry y la máquina escogida fue el Potez 25 T.O.E. N° 11. Como el sector a explorar era tranquilo, el Potez iría solitariamente, sin escolta de caza. A tempranas horas del día 12 de Agosto, decoló el mencionado aparato y enfiló hacia el este, en la zona del Ferrocarril de Casado.

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Luego de inspeccionar dicha zona, el lento Potez se dirigió al norte, donde luego de dos horas de vuelo, su tripulación logró avistar un camino recién construido hacia el Fortín “Cnel. Bogado”. El vuelo de inspección continuó en la zona de Pitiantuta y luego se dirigieron al norte, hacia Florida y Madrejón. En ese trayecto, al sobrevolar el Fortín Madrejón, pudieron observar un avión boliviano estacionado en la pista.

Alertados los bolivianos por la presencia de un avión de reconocimiento paraguayo, se dio la orden inmediata de interceptarlo y derribarlo, por la que los tripulantes abordaron el Curtiss Osprey N° 78 y despegaron hacia lo que ellos consideraban sería una presa fácil.

El piloto del Osprey era nada menos que el Mayor Rafael Pabón, quien ya había derribado el Potez 25 A.2 N° 6 el 4 de Diciembre de 1932 con su Vickers Scout en la zona de Saavedra, matando al Tte.1° PAM Trifón Benítez Vera y al Cap. Ramón Avalos Sánchez. En esta misión, el Mayor Pabón estaba acompañado por el Sargento Mario Calvo, que hacía de artillero.

Peralta y Etcheverry no se dieron cuenta al comienzo que el Osprey había despegado de su base para interceptarlos y continuaron desaprensivamente su vuelo, esta vez ya hacia el sur. El Tte. Etcheverry no tardó mucho en ver al Osprey, que a gran velocidad se acercó al Potez, y lo ametralló.

Afortunadamente, las balas del avión boliviano no dañaron ni a la tripulación ni al avión, y mientras el Cap. Peralta, sabiendo perfectamente de que no tenía condiciones para un combate en iguales condiciones, descendió lo máximo que pudo, volando al ras de la copa de los arboles e inició una acción evasiva. Esto no desalentó a Pabón y volvió a atacar. Debido a la lenta velocidad del bombardero francés, el Curtiss lo podía tener en la mira sólo por contados segundos, antes de sobrepasarlo.

En esos momentos claves y con un alto nivel de adrenalina, el Cap. Peralta recordó las lecciones de combate aéreo dadas por el entonces Director de la Escuela de Aviación Militar, el célebre Mayor H.C. Vicente Almandos Almonacid: -“El enemigo tiene material aéreo muy superior al de ustedes. Cuando se encuentren en el aire sin protección de caza, vuelen al ras de las copas de los arboles y en zig-zag. Esa será su salvación”.

Y así lo hizo. Peralta empezó a volar en zig-zag y debido a eso, los ataques de Pabón no daban en el blanco. Frustrado, Pabón ascendió y decidió realizar un ataque en picada sobre el Potez. En su segunda maniobra, el Tte.1° Etcheverry lo tuvo por varios segundos en su mira, disparando incansablemente sus apareadas Madsen hacia el Osprey, y por supuesto, las bocas de fuego del Osprey “vomitaban” hacia el Potez. Todo transcurría en contados segundos, y de pronto, en medio del fuego intenso entre ambos aparatos, el motor del Osprey empezó a humear.

Las balas de Etcheverry habían afectado partes vitales del motor y según se supo más tarde, uno de los proyectiles entró en el colimador del Osprey, impactando en la frente de Pabón. El mortalmente herido caza boliviano se inclinó hacia un costado y se precipitó a tierra en pronunciada picada.

La tripulación del Potez, al ver lo que sucedía, viró el rumbo para ver caer a su adversario, que se estrellaba mortalmente en los montes del Chaco, en el sector de Florida. El Cap. Peralta realizó un giro y sobrevoló la zona nuevamente, donde constató que no había sobrevivientes y en un noble gesto caballeresco, tanto él como el Tte. Etcheverry saludaron militarmente a los caídos. Eran las 9:40 de la mañana.

El Potez 25 N°11 regresó a su base sin que la tripulación supiese que habían acabado de derribar al llamado “as” Mayor Pabón. El aparato se estacionó al costado de la pista del Fortín López de Filippis (actual Ciudad Mcal. Estigarribia), y el Cap. Peralta y el Tte.1° Etcheverry se presentaron al Capitán Aponte para dar parte de lo acontecido. Este último, al notar cierto abatimiento en Peralta, lo interroga:

-”¿Y Ud. se siente triste por lo sucedido, Cap. Peralta?”

-”Si, mi Capitán. Es muy desagradable ver caer en llamas a un colega”, le contestó Peralta, a lo que Aponte le replicó:

-”Tenga en cuenta que podrían haber sido Uds. los derribados. Recuerde los que le pasó a Benítez Vera y Avalos Sánchez. Uds. han conquistado una legítima gloria para el Arma Aérea Paraguaya”, pasando a felicitar efusivamente a ambos.

Después de este parte, el Capitán Aponte fue a la oficina del Gral. Estigarribia para informar y cual fue su sorpresa que inclusive antes de presentarse, el Comandante se adelantó y lo abrazó diciéndole:

-”Lo felicito Capitán Aponte. Sus muchachos acaban de derribar al Mayor Pabón. Nuestro servicio de inteligencia acaba de interceptar un parte remitido por radio al Comando Boliviano, donde se comunicaba la novedad”.

Inmediatamente, el COMANCHACO (Comando en Jefe del Ejército Paraguayo en el Chaco) emite el Comunicado N° 464 con fecha 12 de Agosto de 1934 con la noticia sobre el derribo aéreo. Al comienzo, los bolivianos intentaron minimizar la incuestionable victoria aérea paraguaya y en sendos comunicados dijeron que fue Pabón quien había derribado al Potez, antes de “accidentarse” en el Chaco con su avión, o que eran dos los Potez en el vuelo de reconocimiento aquel día y que ambos fueron derribados por el Osprey. Lo cierto es que el único Potez regresó a su base sin contratiempos y el Osprey quedó para siempre en los montes del Chaco.