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Juro ante Dios y la Patria defender la Constitución y las leyes, excepto el artículo referido a la reelección y a la separación de poderes, equilibrio, coordinación y recíproco control. Juro terminar con el viejo pleito de que media biblioteca está a favor y la otra mitad en contra, para lo cual si hace falta ya no habrá biblioteca.
Juro hacer respetar la disposición constitucional de no otorgar a nadie facultades extraordinarias o la suma del Poder Público. Con que yo los acumule es suficiente. ¿Para qué quieren los demás algo que no podrán ejercer?.
Juro hacer respetar el artículo constitucional referido a la forma de gobierno que será una democracia representativa, (una especie de muestreo de opositores de diferentes partidos que me apoyan) participativa y pluralista (con representantes de mi partido, del movimiento de oposición que lidera mi amigo y tal vez con algunos que otros movimientos sociales), fundada en el reconocimiento de la dignidad humana, de parientes y amigos.
Juro hacer respetar el principio constitucional de que la soberanía reside en el pueblo, reservándome el derecho de ser gran elector, en mi partido, en las municipales y en las generales. Después de todo si le va mal al partido Colorado, le va mal al país. Ustedes ya saben.
Juro respetar y hacer respetar, mejor dicho: hacer respetar nomás, que “la dictadura está fuera de la ley”. Y aprovechando que está afuera la haré entrar, total mi casa es grande y podremos convivir con ella.
Juro hacer respetar el artículo constitucional sobre el derecho de que toda persona será protegida por el Estado en su integridad física, excepto que salgan corriendo por los pasillos de otro partido político y den la espalda a policías al servicio del gerente preferido.
Juro respetar y hacer respetar la abolición de la pena de muerte y el derecho de que cada persona puede disponer de su propio cuerpo. En lo posible, las muertes siempre parecerán accidentes y ahí los familiares pueden disponer de sus cuerpos.
Juro hacer respetar el derecho de las personas de ser protegidas en su libertad y en su seguridad. No tengo intención de molestar a quienes se mueven con absoluta libertad en las zonas liberadas y para la seguridad es cuestión que me llamen para enviarles de inmediato a uno de los grupos lince. El presidente saliente me jura que este sí funciona.
Juro respetar el precepto de que “nadie está obligado a hacer lo que la ley no ordena ni privado de lo que ella no prohíbe”, pero guay de que se nieguen a hacer lo que yo ordeno y privado de lo que mis amigos venden, a crédito.
Además juro respetar todas las leyes, pero si llego a violar algunas de ellas, pido perdón anticipado, sobre todo de esas leyes que molestan para hacer buenos negocios con quienes pobrecitos aportaron a mi exitosa campaña y hasta ahora no recuperaron un peso.
Juro que concluida esta lectura igual habrá aplausos.