Presidente mau

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La política villera atosiga al pueblo decente. Los marginales, los orilleros, los impúdicos, los felones, los traficantes, los narcos y los criminales se han inficionado, transformándose en auténticos roedores de la ciudadanía. Horror… ¡Vade retro!

El TSJE se convirtió en otra cueva de ladrones, exactamente como la ANR, Antro Nauseabundo de Rufianes. Todos hermanados por el abrazo republicano (cariño mafioso), hasta que la infidelidad aterrice. Una vez más, quedó comprobado que el espectro social-gubernativo “colorete”, es falso de falsedad absoluta… y de baja ralea.

Ya no hay distinción de partidos, de credos, de objetivos, de razas, de formación, de calidades; todos están metidos en el mismo caldo purulento, agavillados para desfalcar a la población, al Estado, a los entes autárquicos y a las finanzas internacionales. Son el susu’a (forúnculo) que padece la patria, defendida por los héroes hasta la muerte.

El TSJE robó las ilusiones de la gente que fue a votar el 22 de abril último. El sufragio fue escamoteado por los tejes y manejes de la organización mafiosa empotrada en su seno, creada para el efecto, sustentada y financiada por el hampa corporativo de los tres poderes oficiales de la nación. La visión y claridad meridiana popular destapó el engaño, aunque la estafa esté oficialmente oculta, bajo llaves en una caja fuerte.

Precisamente, este robo asqueroso creó un resultado falaz, manipulado, alterado, tergiversado, la fórmula: “los ganadores perdieron y los perdedores ganaron”. Desde el comando de los capos gansteriles se oficializó el atraco a la población, a la juventud, a los obreros, a los campesinos, a los estudiantes y a la gente mayor, ilusionados en su decisión autónoma y soberana expresada a viva participación.

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Pero no. La colusión organizada se encargó de rechazar la voluntad popular. Para frenarlo, salió al éter atropellando deseos y preceptos libres e independientes, para engañar y destruir a los olímpicos de la contienda, decidió de antemano en sus “laboratorios” quiénes serían los triunfadores para el Ejecutivo y los vencedores para el Legislativo.

Sin ton ni son, el TSJE determinó con su engranaje putrefacto la victoria de Marito y estableció la mayoría parlamentaria funcional de “coloretes” y “azulejos” afines. El plantel gubernamental ya estaba formado y la mayoría establecida. Así emergieron las nuevas autoridades falsarias, todos viejos y antiguos; los mismos de siempre.

Los tres personajes de la fábula novelesca, autores y compositores del malandraje, son los llamados Alberto Ramírez Zambonini, María Elena Wapenka Galeano y Jaime José Bestard Duschek, quienes no deben estar un minuto más colgados del Estado paraguayo. Deben ser barridos por obsecuentes, hipócritas y vinculantes al sistema stronista continuista. Encima pretenden ser eternos, inamovibles.

Como diría el falso colorado Horacio Cartes, el resultado oficial lanzado por el TSJE es “la selección paraguaya”, pero no aclaró que es el equipo donde juegan los jugadores de empresarios y no los mejores de la república, los que merecen hacerlo, los sanos, los principistas, los doctrinarios, los honestos.

En consecuencia, el Paraguay ostenta en la actualidad un “presidente mau” que asumirá el 15 de agosto próximo y unos “parlamentarios truchos” que ya vienen sesionando como si nada, todos “escombros”, burlándose de la sociedad paraguaya. El vivero de gobernantes es una falsificación absoluta, articulado, inventado y fraguado.

Otro falso colorado llamado Nicanor, sostiene: “Yo soy un profesional de la política”, mofándose de la ciudadanía. El profesionalismo de la política no existe, lo que sí reina, impera, prevalece y acaece es la militancia; el eterno servicio para el bien común, sacrificándose uno mismo por todos, criterio que no interesa a los patanes, causándoles repugnancia y un rechazo total.

Duarte Frutos tomó el camino inverso, de su exclusiva conveniencia, incluso negando y contradiciendo a los grandes de la filosofía como Aristóteles y Santo Tomás de Aquino. Si solo quiere hacer negocio personal de la política, debería irse a su rancho, la política es la herramienta para “servir a la patria y a la gente”. Difícil misión, pero si hay convicción, no es imposible.

Como se ve, todo es MAU en la política actual, creándose autoridades artificiales. Ya no hay salud. Se ha podrido todo y la capacidad de asombro ha desaparecido. El pueblo paraguayo, si no reacciona en virtud al Artículo 138 de la Constitución Nacional, deberá divisar a las mariposas celebrando primaveras eternas, en detrimento del infortunio nacional.

Los profesionales del robo y del crimen están instalados con todo su arsenal, expoliando cada vez más y convirtiendo al país en un gran prostíbulo. En consecuencia, debemos arrancarlos desde la misma simiente y convertirlos en cenizas para que nunca más retornen bajo nuevas promesas y viejos engaños.

 

alcandia@abc.com.py