“En el diseño gráfico, la comunicación se da a través de lo visual; las ideas o conceptos se plasman utilizando imágenes, colores y formas”, comenta Jennifer. Actualmente, la joven cursa el último año de dicha carrera en la Universidad Americana y optó por esta profesión debido a la inclinación que tiene hacia el arte desde muy pequeña.
“Yo siempre estuve muy metida en al ámbito artístico, desde chica estudié música y también me gustaba escribir; participé de concursos literarios y mis obras quedaron en antologías tanto nacionales como internacionales. Además, me instruí en pintura”, expresa la diseñadora. Asimismo, comenta que al terminar el colegio no estaba muy segura acerca de qué carrera quería seguir y fue su hermana, diseñadora de modas, quien influyó en su decisión.
A la hora de realizar un trabajo, Jennifer considera que entender lo que es una marca y cómo quieren verla las demás personas es lo principal. “Dependiendo de qué valores quiera mostrar la firma, se genera un concepto y de este se parte para transmitir correctamente un mensaje. Este último, a su vez, depende del carácter y los tonos del diseño”, manifiesta la joven, quien ya realizó varios emprendimientos a nivel nacional.
“Cada vez más, la gente va reconociendo el trabajo de un diseñador gráfico porque se da cuenta de que el aspecto visual repercute mucho en el público; una marca puede posicionarse por la imagen que da”, expresa la diseñadora. Jennifer hace referencia a que, en la actualidad, existen cientos de jóvenes que optan por esta carrera, ya que se va abriendo paso en el campo laboral de nuestro país.
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A través de las redes sociales de una marca internacional de té, la joven se enteró del lanzamiento de una competencia de diseño gráfico que consistía en la elaboración de un patrón para la etiqueta del nuevo empaque de dicha bebida. Jennifer, sin perder tiempo, elaboró su proyecto para esta competencia, visualizando a aquellos que consumen esta infusión, con sus diferentes personalidades.
“Quería que mi diseño fuera llamativo y juvenil; entonces, lo que hice fue colocar en mi creación a pequeñas personas y que estas tengan diferentes tazas o teteras en lugar de la cabeza, representando su edad, rasgos y cualidades”, relata Jennifer. Ella quedó seleccionada entre las 5 finalistas del concurso estadounidense y es la única extranjera que llegó hasta esa última instancia.
Además, afirma que, si bien en la votación que realiza el público no lidera el ránking, se siente muy emocionada porque logró mostrar su talento y capacidad. Igualmente, con miras al futuro, la estudiante tiene la idea de crear un estudio de diseño para trabajar de manera independiente.
Por Rebeca Vázquez (18 años)
