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Nuestro país puede estar muy por debajo de otros en varios sentidos; muchas veces, renegamos el haber nacido en esta tierra o aplicamos cotidianamente la frase de “Paraguay nomás es”. Pero si con alguna ventaja contamos, es la de no sufrir ataques terroristas que llenarían de horror cada pequeño rincón de nuestra nación.
Obviamente, no nos libramos de la inseguridad, los baches y los secuestros del temido EPP. Pero corremos con suerte en comparación con varios países de la élite que sufren ataques terribles que ni sus fuerzas especiales son capaces de evitar.
Este año, noticias de un ataque terrorista en mesquitas de Nueva Zelanda conmocionaron a muchos por la sangre fría con la que actuaron los que perpetraron el atentado. Los más de 80 muertos y heridos registrados representaron una gran indignación a nivel mundial, pero no es la primera vez que ocurre algo como esto.
El 11 de septiembre de 2001, en Estados Unidos, se registró una serie de atentados terroristas realizados por miembros de la red Al Qaeda. Los hombres de Bin Laden provocaron la muerte de unas 3.000 personas y dejaron otras 6.000 heridas, la destrucción del World Trade Center, las famosas torres gemelas de Nueva York y varios destrozos en el Pentágono.
Hace 4 años, el 10 de octubre del 2015, en Turquía, un marcha a favor de la paz realizada en Ankara desembocó en el peor ataque terrorista de su historia moderna, con un total de 95 muertos y 246 heridos.
El 22 de julio del 2011, en Noruega, una explosión en el distrito gubernamental de Oslo, acompañada de un tiroteo, dejó un saldo de 77 muertos y más de 100 heridos.
El 7 de agosto de 1998, en Kenia y Tanzania, dos coches-bomba estallaron provocando 224 muertos y miles de heridos, en las cercanías de la embajada de Estados Unidos.
El 11 de marzo de 2004, en España, se produjeron 10 explosiones en cuatro trenes en horas de la mañana y provocaron la muerte de 191 personas, además de 1.858 heridos.
Más cerca de nosotros, en Argentina, el 18 de julio de 1994, la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia) de Buenos Aires sufrió un atentado terrorista que resultó en 85 muertos y 300 heridos.
El 7 de julio del 2005, en Inglaterra, tres bombas explotaron en vagones de metro en Londres, seguidas de una cuarta bomba que causó destrozos en una plaza cercana, todo esto terminó con 52 personas muertas y 770 heridas.
Existen varios atentados más que ocasionaron terribles destrozos y arruinaron miles de vidas tanto jóvenes como experimentadas. Así, la próxima vez que te quejes de tu país, acordate que ningún Bin Laden va a fijarse en nosotros para poner en marcha sus sangrientos ataques. Ser una nación pequeña, sin importancia geopolítica, tiene sus ventajas.
Por Diego Benítez (19 años)