Bailar o realizar cálculos, cada persona tiene una inteligencia que la destaca

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Aquel niño que dibuja y pinta paisajes es tan inteligente como el que conoce cada uno de los elementos de la tabla periódica. La capacidad humana no está definida solo por ecuaciones y fórmulas gramaticales, pues cada uno posee habilidades diferentes.

Si encontrás a un niño que consiguió dar vida a unos animales sobre su lienzo artístico y, a la vez, a un científico reconocido que se encuentra trabajando en una nueva máquina, podés asegurar que tenés a dos genios frente a tus ojos. El pintor ha manifestado sus matemáticas en el cuadro, mientras que el inventor se halla puliendo su arte mecánica.

La teoría de las inteligencias múltiples, ideada a principios de los años '80 por Howard Gardner, propone la idea de que las habilidades que sirven no son de una misma índole, sino que existen ocho formas distintas de manifestar capacidades: lógico-matemática, lingüístico-verbal, viso-espacial, corporal-cinestésica, musical, intrapersonal, interpersonal y naturalista.

Algunos jóvenes tienen las manos de Picasso, otros se encuentran fascinados por las teorías del origen de la vida y también están los que anhelan la escritura del renombrado Cervantes. Gardner se dio cuenta de estas diferencias en el desarrollo académico de los niños y formuló su conocida teoría. Aunque otros autores lleguen a contar hasta doce tipos de inteligencia, la cuestión importante es que cada uno tiene un área en la que resalta.

Sin embargo, muchas veces, el sistema educativo reprime los talentos de los alumnos e impone ciertas carreras como las más "fructíferas", pues la “inteligencia” es popularmente relacionada con los cálculos, siendo así la medicina, la ingeniería y la contabilidad las profesiones favoritas de mucha gente.

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De manera inconsciente, la sociedad te transmite la idea de que las únicas habilidades importantes son aquellas asociadas al mundo matemático y, por esta razón, muchos maestros y padres tienden a minimizar las actividades ligadas al arte y a las expresiones del pensamiento.

Entonces, ¿qué pasa con aquellos que poseen habilidades para otras áreas? Muchos niños y jóvenes que tienen aspiraciones artísticas o atléticas son frenados por el gran muro del “tenés que estudiar algo que valga la pena”.

Si querés ser actor, productor de cine, bailarín, cantante, escritor o estás interesado en diseñar videojuegos, no te dejes llevar por lo que te digan en tu casa o el colegio. Recordá que el lado positivo es que, en los últimos años, con el ejemplo de conocidos cantantes, escritores populares y exitosos creadores de contenidos, la visión que minimiza las tareas no matemáticas fue cambiando.

Todas las personas son capaces en áreas distintas y, en realidad, no hay por qué destacarse en cada una de las materias de la malla curricular. La tarea de los maestros es perfeccionar las habilidades que sus alumnos ya poseen e incentivarlos a expandir sus límites, pues no se trata de obligar a todos a encerrarse en un triángulo rectángulo.

Por Belén Cuevas (16 años)