Contagiar alegría en una comunidad como la Chacarita, con clases de baile gratis que tiene el fin de proteger la salud, es una acción loable, pues desata el interés de todas las personas que desean implementar una actividad física en la rutina diaria. Damián Núñez es instructor y solo hace dos años empezó a bailar, ya que el proyecto requería su colaboración como profe de danza.
“Nada en este mundo es gratis" dice una frase; sin embargo, aún existe gente que pone su granito de arena para ayudar a otros. “La iniciativa dio su primer paso en septiembre y, con la ayuda de la Lic. Justa Mosqueira y la Unidad de Salud Familiar, nació la práctica de bailes gratis, la cual llevamos a cabo los lunes, miércoles y viernes de tarde en la cancha de futsal 3 de Febrero de la Chacarita”, explica Damián.
Previo a las clases de baile, los interesados se someten a un chequeo médico como toma de presión, control de azúcar en la sangre y otros estudios de laboratorio fundamentales para empezar a mover el esqueleto. El instructor expresa que su mayor premio por el tiempo que dispone a los chacariteños es el cariño que recibe de los mismos.
Las clases son exclusivamente para mujeres adultas, ya que se vio la necesidad de recreación para las señoras de la zona, pero niños y niñas también se suman al baile; hoy día, alrededor de 50 personas se acercan a bailar. “Si bien existen muchas carencias en el barrio, vimos cuál es la que estaba a nuestro alcance de cumplirla; más adelante, tenemos pensado incluir actividades para gente de la tercera edad”, manifiesta el joven.
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Damián también resalta lo siguiente: “Además de la danza, trabajando en conjunto con el área social del lugar, realizamos talleres de la primera infancia con las madres en Pelopincho y, ante las inundaciones en el barrio, estuvimos mudando a los vecinos afectados por el agua".
El joven añade que debemos alimentarnos bien consumiendo viandas saludables y solo los fines de semana darse un gusto con las comidas chatarras. “Aprovechen y hagan ejercicios bailando, por lo menos tres veces a la semana", finaliza.
Por Ezequiel Alegre (17 años)