“En mi época, si te pegaban, vos te defendías como sea. Ahora nomás lo que existe el aipo bullying. Nenitas se vuelven todos”, es la frase que surge cuando sale a la luz un nuevo caso de violencia entre estudiantes. Quizá con el fin de poner paños fríos a la situación, muchas personas opinan que las riñas entre colegiales son “normales” y que, en el caso de sufrir coacción, uno solo debe defenderse a puñetazos limpios para hacerse respetar. Entonces, ¿está bien responder a la violencia con más violencia?
En estos días, surgió un nuevo caso de bullying en el Salesianito. Supuestamente, un alumno de 18 años lastimó a un menor de 16 porque este no le cedió su lugar en la fila de la cantina. A consecuencia, un grupo de padres realizó una sentata de protesta frente a la institución educativa.
Muchos internautas en las redes sociales expusieron su total desacuerdo e indignación ante este tipo de hechos. No obstante, las expresiones “si él te pega, vos también lo debés hacer para que te respete” y “¿por qué arman tanto bardo por una simple pelea?” no se hicieron esperar para aparecer entre la multitud.
Bajo el pensamiento de “normal eso es”, muchas personas mayores restan importancia a un caso de bullying. Las anécdotas de los tíos sobre los moquetes que surgían en horas del receso o a la salida salen a la luz como forma de suavizar la situación. “No es nio el fin del mundo para armar tanto escándalo” es la frase más lamentable que se puede escuchar, puesto que demuestra cómo algunas personas desean tapar el sol con un dedo y hacer caso omiso a las agresiones.
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La violencia solo trae consigo males, por lo que deberíamos dejarla atrás. Si hace años la ley del mbareté era la que gobernaba, eso no significa que debamos seguir tratándonos a puñetazos para hacernos respetar y mucho menos que debamos ignorar si somos testigos de hechos de coacción. Acordemos entre todos vivir en un ambiente de tolerancia y tranquilidad, así como lo dijo Mahatma Gandhi: “No hay camino para la paz. La paz es el camino”.
Por Rocío Ríos (18 años)
