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Pasión por la camiseta, dramatismo, tensión y, por sobre todo, buen fútbol son los condimentos que se esperan pasado mañana en la final histórica de la Copa Libertadores. Boca Juniors y River Plate no solo se jugarán el título continental, sino también el orgullo y la “paternidad” de un club sobre el otro, por ser los dos equipos clásicos de la Argentina. El que salga como el perdedor de la batalla, probablemente, será motivo de burla por un buen tiempo.
En la previa a la final, el conjunto “millonario” llega con un toque de favoritismo ante Boca, ya que en los últimos superclásicos salió victorioso y, además, supo remontar un partido casi irreversible ante Gremio, consiguiendo su clasificación en tierras brasileñas. Pero el equipo “xeneize”, evidentemente, hará sentir su localía en el encuentro de ida, con su eufórica gente y desplegando el fútbol dinámico y directo que lo caracteriza.
Marcelo Gallardo, DT de River Plate, no podrá dirigir a su equipo en la final desde el banquillo, ya que fue castigado por la Conmebol por cuatro partidos del certamen, a causa de violar una sanción previa en el encuentro ante Gremio. Por ende, el “Muñeco” no encabezará a los suyos en el partido de ida ni tampoco en el de la vuelta.
En las últimas horas, la mayoría de los protagonistas de ambos conjuntos ya palpitan ansiosamente el trascendental encuentro de ida. “El rival es el clásico, si pierdes te dolerá el doble”, afirmó Pablo Pérez, actual capitán de Boca. “El que gane gozará el privilegio de disfrutar de la máxima gloria, y el que pierda tendrá que 'bancársela", declaró, por su parte, el central “millonario", Jonathan Maidana.
Diez jugadores en total están al borde de perderse el segundo partido final por acumulación de tarjetas amarillas. El equipo “Gallina” tiene en capilla a Javier Pinola, Jonathan Maidana, Lucas Pratto, Rafael Santos Borré, Enzo Pérez y a su principal figura, el “Pity” Martínez. Mientras que los “bosteros” pueden perder a Nahitan Nández, Lucas Olaza, Pablo Pérez y a uno sus referentes de ataque, Cristian Pavón.
Cabe resaltar que en ambos partidos definitorios, los hinchas del equipo visitante no podrán asistir al estadio del conjunto local. “No quiero hacerme cargo de una muerte", puntualizó el presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, tras llegar a un acuerdo con el mandamás de Boca, Daniel Angelici.
Las citas de ida y vuelta serán el 10 y el 24 de noviembre. Esperemos que el espectáculo sea lo más completo posible y, por supuesto, se pueda disfrutar sana y eufóricamente en cada rincón del mundo, sin que se produzcan hechos de violencia, como ha ocurrido en el pasado.
Por Ricardo Núñez (19 años)