La modelo Fiorella Migliore no solo fue protagonista de una pólemica en la web tras felicitar a las cerditas y las “madres lecheras” por el Día de la Mujer sino que, en estos días, saltó con otro boom. En sus redes sociales, la joven afirmó que las industrias farmacéuticas nos inyectan enfermedades y puso en duda la efectividad de las vacunas en el combate contra determinadas afecciones físicas.
Las vacunas están hechas a partir de virus muertos o dañados que, al ingresar a nuestro sistema, provocan una respuesta inmune. En pocas palabras, las inyecciones son como un entrenamiento para el organismo, ya que estas sustancias generan anticuerpos que lo preparan para combatir a los microbios que nos atacan.
Existe mucha desinformación acerca del uso de las inyecciones, pues algunos sostienen que estas sustancias son las causantes de trastornos como el autismo. Sin embargo, los comentarios de los "antivacunas" no pasan de ser simples preconceptos, ya que estos juicios no poseen ningún sustento científico.
Al igual que Fiorella, muchas personas permanecen escépticas ante las numerosas evidencias científicas que respaldan la efectividad de las inyecciones y, lamentablemente, esta gente decide no vacunar a sus hijos. Asimismo, celebridades de todo el mundo como Robert De Niro y Jim Carrey, a lo largo de sus carreras, se sumaron a campañas contra el uso de estas sustancias orgánicas.
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Esta campaña de desinformación resulta particularmente peligrosa debido a un fenómeno llamado "efecto rebaño". Cuando las personas vacunadas son muchas, las enfermedades se propagan con mayor dificultad; sin embargo, si los números de inmunizados disminuye, el riesgo de epidemias y brotes se hace más grande.
Gracias a las vacunas, numerosas enfermedades que han hecho sufrir a la humanidad por siglos, hoy en día, son historia. En el pasado, un simple pinchazo en el pie con un clavo podía tener un desenlace letal debido a una enfermedad llamada tétanos. En la actualidad, por la efectividad de las inyecciones, las muertes a causa de esta afección se han reducido drásticamente.
La humanidad está en peligro, pero no debido a las inyecciones, sino por la desinformación que se contagia más rápido que cualquier enfermedad y la ignorancia que, cada día, se lleva miles de vidas. Ayudá a contrarrestar esta ola de datos manipulados explicando a tus amigos por qué es importante inmunizarnos y, por sobre todo, ¡no olvides vacunarte!
Por Agustina Vallena (19 años)
