Suspirás mientras te masajeás un poco, quejándote por el dolor de cuello; de repente, se hace presente un molesto comentario: “sos demasiado joven para sentirte estresado, cuando trabajes vas a saber lo que es el verdadero estrés”. ¿Cuántas veces escuchaste eso? Mientras miles de proyectos colegiales por realizar te desbordan la mente y los exámenes comienzan a acercarse, para vos todo esto no parece demasiado fácil como dicen, ¿o sí?
Una prueba de matemáticas parece pan comido cuando practicaste como debías, pero si a eso le sumás un trabajo práctico de sociología y una exposición de historia, pensás que solo un robot aguantaría tantas horas de estudio. Entonces, ¿por qué minimizan tanto la tensión que puede sentir un alumno? ¿Solo por ser adolescente uno es incapaz de estar presionado? Lógicamente, las exigencias laborales generan cierta cantidad de estrés, pero así también, el colegio no ayuda demasiado a sentirse renovado o con ganas de terminar el día de manera animada.
Según el estudio del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Pisa), en nuestro país, dos de cada cinco estudiantes de 15 años encuestados habían tenido sentimientos relacionados a la ansiedad. Asimismo, otro informe de Pisa señala que, en México, la cantidad de alumnos que se sienten estresados o ansiosos alcanza el 50%, superando a los demás países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Por otro lado, según informes de Pisa, Corea del Sur no se queda atrás y, aparte de destacarse por contar con el segundo mejor sistema educativo del mundo, también resalta por tener la tasa más alta de estrés y presión académica, más aún para aquellos que desean estar plenamente preparados para su examen de ingreso, llegando a estudiar 13 horas diarias. Al final del día, cada alumno de los países mencionados se considera “destruido” después de pasar sus pruebas.
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Ningún tipo de estudiante se salva de una tensión como mínimo, pues durante los exámenes desde los flojos, los tranquilos, los aplicados, hasta aquellos que buscan la excelencia encuentran cierta presión antes de rendir. Al final del día, todos comparten la misma sensación de intranquilidad, ya que cada uno tiene su lado flojo o la materia que más le cuesta.
De esta manera, aunque parezcan ilógicas o poco fundamentadas las quejas de un colegial, el estrés que puede estar sintiendo claramente no es producto de su imaginación y no solo por ser estudiante, un joven puede dejar de encontrarse tan tensionado. Aunque muchas veces la situación de otra persona parezca más fácil que la tuya, todos necesitan la misma contención para no sentirse desbordados y exactamente eso pasa con el estrés académico. No te encierres en tus propias ideas, el estrés es compañero de ruta de todos los estudiantes.
Por Macarena Duarte (17 años)
