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El acoso escolar o bullying es un problema que se genera entre los jóvenes y niños en todo el mundo, trayendo graves secuelas para los afectados. Esto puede manifestarse de forma verbal, física o psicológica, ocasionando a la víctima la pérdida de interés por los estudios.
El bullying puede originarse con una simple burla de parte de un campañero a otro, por lo tanto, va expandiéndose poco a poco hasta incomodar totalmente a la víctima. Suele ocurrir más aún cuando un estudiante es nuevo en el grupo, ya sea por el color de piel o por el aspecto físico del alumno. Una de las graves consecuencias podría ser que el acosado llegue a pensar en suicidarse, por el hecho de no poder soportar tanta presión.
Hoy en día la tecnología facilita a los agresores el ataque a sus víctimas, ya sea con las redes sociales, llamadas telefónicas, correos electrónicos, etc. A estas acciones se las conocen como ciberbullying y facilitan que el acoso escolar se propague más.
Es importante que en el entorno familiar se adquiera el modelo de comportamiento adecuado para un chico; de esta manera disminuye el acoso escolar generado en los centros educativos. Muchas veces, el comportamiento violento, la falta de respeto o la distracción que se tiene en el aula son características de la mala atención que un agresor recibe en casa.
Crear un ambiente de estudio cómodo ayuda a que los alumnos aprendan de forma pacífica y tranquila. Por lo tanto, se mantendrán el respeto y el compañerismo, valores esenciales para fomentar una convivencia armoniosa en todas las escuelas.
El acoso escolar puede marcar para toda la vida a una persona que lo ha sufrido. Por esa razón, se necesita vencer el miedo de enfrentar la situación y no quedarse callado. La única manera de prevenir el bullying es la buena educación que un chico recibe en el hogar.
Por Ezequiel Alegre (16 años)