En estos días se hicieron presentes varias tormentas eléctricas que afectaron a gran parte del país. Las últimas inclemencias dejaron como consecuencia, aproximadamente, 160 árboles caídos en la capital, además de varias columnas que quedaron por el piso.
Todos sabemos que el clima en nuestro país es bastante inestable. Ahora mismo puede estar saliendo el sol; sin embargo, no debés descuidarte, ya que, en unos minutos, quizás empiece a caer un par de gotas y luego, tal vez, tendremos un mini diluvio, así que es mejor que siempre estés precavido.
Paraguay tiene un clima tropical y somos afortunados de no sufrir terremotos, tsunamis o sismos de gran magnitud. No obstante, no se puede negar que, constantemente, se hacen presentes tormentas eléctricas acompañadas de fuertes ráfagas de viento. ¿Cómo es el escenario de nuestro país al día siguiente?
Salir de casa por la mañana, después de una larga tormenta, es toda una odisea. Si querés llegar a hora a la facu o el trabajo, es mejor que salgas más temprano de lo habitual, pues, normalmente, el tráfico se vuelve el doble de pesado. Esto se debe a que las columnas y los árboles caídos imposibilitan el paso de los vehículos y lo único que queda es tener paciencia para aguantar tantos desvíos.
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Así también, si tenés que caminar, vas con paraguas y pilotín; te preocupás en cubrir bien tu bolso para que no se mojen tus cosas, además de ir con cuidado para que el fuerte raudal no te lleve; esquivás los cables sueltos y los baches. ¡Ah! Y claro, mirando siempre a los costados por si un motochorro aparezca.
Muchos opinan que el raudal que, muchas veces, se presenta con gran fuerza es debido a que muchos ciudadanos son inconscientes al tirar las basuras en las calles, pues luego van a parar a los desagües pluviales, imposibilitando que el agua fluya por ese lugar. Así también, con respecto a los cables sueltos, algunas personas dicen que los mismos deberían ir bajo tierra para evitar estos hechos.
En fin, los temporales siempre dejan rastros y llegar al lugar deseado se vuelve todo un caos. Sin embargo, no podemos hacer nada, solo tener mucha paciencia, pues después de la tormenta no llega la calma, sino árboles caídos y cables sueltos.
Por Valeria Candia (19 años)