Desventuras de un aprendiz de cocinero: la pizza se quema y la leche se derrama

Este artículo tiene 8 años de antigüedad
/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2394

¿Se te llegó a quemar la comida o te empavonaste preparando bocadillos? Estos seguramente son algunos de los errores que cometen los principantes en la cocina. Tal vez, para algunos sea fácil mientras que para otros es una tarea imposible.

Los primeros pasos por el mundo de la cocina son los más sencillos: se puede comenzar con un fideo a la manteca, preparar un buen café batido o hervir la leche sin derramarla. Esto último puede llegar a ser complicado para muchos, pues si se distraen al menos por un minuto, la nata se va a desparramar por toda la hornalla.

Uno de los principales enemigos para los principantes suele ser el aceite, ya que no importa lo fuertes que se crean, pues una gota hirviendo que les llegue a tocar a estos “valientes”, les sacará un grito bien agudo. Este tipo de situaciones se suele dar cuando nos animamos a freír unas empanadas o preparamos un huevo estrellado.

Cuando invitás a tus amigos para cenar e intentás preparar una deliciosa pizza, se te quema y no hay más tiempo de preparar otra. Entonces, no queda más remedio que pedir un delivery y rezar para que llegue antes que tus invitados.

Luego de los inconvenientes ocasionados por la pizza, uno puede elegir algo diferente, como los postres. Tenés todos los ingredientes para hacer un bizcocho, pero, justo cuando los batís, gran parte de la mezcla sale disparada hacia tu ropa o por la pared.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Después de ver el desastre ocasionado por el bizcocho, uno solamente piensa en hacer una crema de leche condensada, pero no encontrás el abridor de latas. Por lo tanto, acudís al cuchillo y con todas tus fuerzas golpeás la tapa y, por no aferrarte bien al utensilio, sufrís una cortadura en la mano.

Cocinar puede ser tedioso y, muchas veces, frustrante cuando no se logra lo deseado, pero uno tiene que seguir hasta obtener comidas exquisitas o, al menos, algo delicioso que llegue a satisfacer el apetito. Solo acordate siempre de limpiar todos los utensilios que dejaste en el fregadero o si no, mamá te va a retar.

Por Jorge Ferreira (16 años)