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Según entendidos, si uno quiere vivir de forma tranquila y sin apuros económicos debe estudiar. No obstante, llegar a ser profesional en nuestro país es muy difícil, ya que ir a la universidad es un gran desafío, no solo intelectual, sino también económico.
En muchos países, cualquiera que termina el colegio puede inscribirse en una universidad pública, ya que la educación terciaria es gratuita. Asimismo, casi ninguna de estas instituciones académicas exige exámenes de ingreso. Es decir, todo depende de uno mismo si desea convertirse en un profesional.
La realidad en nuestra nación es muy distinta, ya que uno no cuenta con ciertas facilidades. Es cierto, la UNA brinda aprendizaje gratuito y de calidad, pero, antes de formar parte de la institución, uno debe acudir al cursillo preparatorio y luego aprobar exámenes de ingreso. Entonces, es inevitable preguntarse: ¿realmente es accesible la educación superior?
Existen otras universidades públicas en el país, pero, lastimosamente, no se les da tanta atención por parte del Gobierno como a la UNA. Además, estas instituciones se encuentran en el interior del país, donde son pocas las personas que desean estudiar.
La solución al problema de no poder acceder a un aprendizaje terciario es la presión ciudadana sobre las autoridades para la construcción de más edificios destinados a instituciones públicas, ya que la UNA no puede abastecer a los miles de postulantes, pues no cuenta con la infraestructura adecuada. Asimismo, se debería aceptar el acceso irrestricto de los jóvenes, debido a que el derecho de estudiar corresponde a todos los ciudadanos.
Por Joaquín Tandé (18 años)