Los padres quieren ofrecer a sus hijos una educación de calidad; por eso, optan por enviarlos a un colegio privado antes que a una institución pública. Sin embargo, en algún momento, los gastos de la familia aumentan y el dinero ya no alcanza para cubrir las cuentas. Ahora comenzaron los exámenes finales y muchos estudiantes de escuelas privadas y subvencionadas se encuentran en la encrucijada de no poder rendir las pruebas, porque sus papás tienen retraso en el pago de las cuotas.
Para evitar que los chicos pasen el momento amargo de no poder rendir las materias, los directivos de los colegios piden a los padres que prioricen el compromiso que asumieron con las instituciones educativas y cubran los pagos retrasados.
Por otra parte, uno de los mecanismos con que cuenta el Ministerio de Educación es que los estudiantes rindan en las escuelas públicas para no perder el periodo escolar. Esta medida se aplica en caso de que los alumnos no puedan abonar sus mensualidades. A pesar de que el MEC posee este medio para solucionar el problema, al final del camino se encuentra otro inconveniente: los chicos no podrán concluir efectivamente el año electivo con sus compañeros de curso.
Según la Ley de Protección de la Niñez y Adolescencia en el ámbito educativo privado, las instituciones tienen prohibido retener libretas por falta de pago, divulgar la deuda y hacer decaer los plazos de las cuotas no vencidas. El problema es que esta normativa no está reglamentada y, por ende, no sirve ya que no es aplicable. Lamentablemente, los chicos se encuentran vulnerables ante esta situación, porque no cuentan con una norma que los proteja.
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Todas las personas tienen derecho a recibir una educación de calidad; por eso, prohibir al alumno rendir los exámenes finales por no estar al día con la mensualidad no es una salida que favorezca su formación intelectual. La solución ideal sería que los padres y los directivos lleguen a un acuerdo en el cual la enseñanza del estudiante sea la prioridad y no solo el dinero.
Una de las cosas que se debe cuidar como un diamante es la educación de los chicos, pues ellos se encuentran en una etapa en la que necesitan dedicarse completamente al estudio. De esta manera, el día de mañana ellos podrán aportar a la sociedad sus conocimientos y ser ciudadanos de bien.
Así también, la preparación intelectual de los jóvenes es fundamental para que en el futuro sean personas críticas y pensadoras, capaces de sacar adelante a nuestro país. Como lo dijo alguna vez el presidente de Sudáfrica Nelson Mandela: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.
Por Dahiana Galeano (20 años)