El barro también es arte, en las manos habilidosas de los jóvenes tobateños

Con un poco de barro, arcilla y habilidad en las manos, tobateños crean vasijas, ladrillos y obras de arte hace ya muchos años. Para los jóvenes, este laburo representa un primer empleo que les ayuda a pagar los gastos del colegio o universidad.

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Al pasar por la ruta Caacupé-Tobatí, podemos observar los tradicionales hornos a leña donde se cocinan los ladrillos y otros materiales de construcción hechos de cerámica. La fabricación de los adobes, en la ciudad de Tobatí, es una de las mayores fuentes de trabajo para todos los habitantes de la zona.

Para los jóvenes, es una oportunidad de obtener algún ingreso económico y, aunque este trabajo sea un poco pesado, ayuda en el pago de cuotas del colegio o universidad. Gracias a la gran cantidad de industrias cerámicas en Tobatí, los adolescentes cuentan con varias fuentes para encontrar laburo. La creación de ladrillos o baldosas siempre requiere mucha fuerza; por eso, los ceramistas deben contar con un buen estado físico para realizar esta tarea.

El moldeo del ñai'u (lodo) desde hace ya cuatro siglos se sigue realizando con viejas técnicas utilizadas por los aborígenes, sirve para la creación de vasijas, cántaros de agua y figuras decorativas. Este trabajo lo podemos encontrar en la compañía “21 de Julio”, una de las más grandes y antiguas de Tobatí.

Durante la producción, se puede observar en distintas fábricas el empleo de máquinas tecnológicas, tales como mecanismos para moldear los distintos tipos de ladrillos u hornos que tienen controladores de temperatura conectados a computadora. Los jóvenes pueden elegir esta actividad como su primer empleo; algunos incluso tienen la posibilidad de llegar a construir su propio negocio.

Actualmente, el Gobierno da más preferencia a las industrias que se dedican a los prefabricados, pues estos son más económicos y pueden llegar a facilitar los trabajos de construcción; sin embargo, muchos de estos productos llegan a tener averías y son importados. Esto hace que se necesite menos la mano de obra nacional y algunas industrias cerámicas deben cerrar por la falta de trabajo.

En Tobatí, cada habitante, ya sea niño o adulto, sin falta debe saber algo sobre la cerámica o su preparación, pues es algo cotidiano en la vida de estos ciudadanos. Debemos mencionar la comparación que hizo el padre Teófilo Cáceres de la parroquia "Inmaculada Concepción de María" en su libro "Tobatí: Táva-Pueblo-Ciudad" acerca de la cerámica con la creación divina del hombre, la obra más perfecta de Dios.

Este trabajo, considerado un arte, seguirá siendo el primer empleo de muchos jóvenes de Tobatí, además de ser parte de la cultura de su pueblo desde hace años. Con el paso del tiempo, esta tradición no debería acabar, para que siempre puedan existir esas fábricas tradicionales, típicas de este hermoso lugar y, de vez en cuando, alguien diga: “Mirá, qué linda casa de ladrillos vistos; deben ser de Tobatí”.

Por Jorge Ferreira (16 años)

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