Cómo olvidar esos momentos en los que tus compañeros y vos se pasaban hojas con mensajes sin que la profesora se diera cuenta; ¡pobre de vos si ella pillaba esas notas! Ahora, con la venida del celular, los papeles fueron cambiados por pantallas.
Las horas de clase, en las que debería haber silencio o solo el murmullo de los alumnos, fueron sustituidas por los sonidos de celulares recibiendo mensajes o con sus avisos de poca batería. A más de una profesora le debe irritar que eso pase, puesto que significa que no hay concentración de los estudiantes en el aula.
En algunos casos se puede observar no solo a alumnos perdiendo la atención en sus teléfonos, sino a los profesores, quienes, en vez de desarrollar sus asignaturas, se pasan respondiendo mensajes o contestando llamadas que interrumpen las actividades. Según los reglamentos de la mayoría de las escuelas y colegios, se prohíbe el ingreso con aparatos electrónicos, pero, al faltar controles estrictos, los niños y jóvenes llevan sus celulares y se distraen.
No podemos olvidar los puntos positivos que trae consigo este aparato electrónico, como el acceso rápido a la información y, en caso de emergencias, la comunicación inmediata con algún familiar. Por estas razones, hay alumnos que buscan la aprobación de su uso en las instituciones educativas sin correr el riesgo de recibir algún castigo.
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Si alguna vez intentaste buscar información para la tarea de historia o castellano en el celular, seguramente terminaste distrayéndote con los mensajes del WhastApp o algún video que te recomendaron tus amigos. A la vez, si poseés un teléfono que tiene una buena cámara, vete vos para cuidarte de tus compañeros, porque terminarás siendo su fotógrafo.
Anteriormente, varios colegios tenían como reglamento el no ingreso de celulares, pero los padres, profesores y alumnos pidieron que esa norma fuera anulada por cuestiones de seguridad y comunicación. Al cancelarse dicha prohibición, los estudiantes empezaron a distraerse y a descuidar sus lecciones.
No utilices el celular en clases y prestá atención a lo que explica la maestra; las lecciones que perdés cuando te distraés, no volverán a ser desarrolladas por el teléfono. Los aparatos electrónicos no siempre son buenos, pueden ayudarte o entorpecerte en los estudios. Depende de vos, no lo olvides.
Por Jorge Ferreira (16 años)
